martes, 30 de marzo de 2010

Polémica beisbolera

Décimas (sin ángel) para un final

Por Leo, el bravucón naranja

Son tremendos los leones
bateando en un solo día,
con tremenda algarabía
cinco preciosos jonrones. .
Pero, ¡qué bravos campeones!
Cuando hace falta batear
se contentan con soñar
el jonrón desde la banca,
y se quedan con la tranca
sin poderla levantar.

De los jugosos del centro
ya mejor no digo nada,
pues tremenda payasada
resultó el último encuentro.
El dolor lo llevo dentro
pues que no hay pelota sana;
y el que está décima hilvana
considera que el relajo
le está dando un golpe bajo
a la pelota cubana. .

Que ganen los Industriales
o que gane Villa Clara,
pero está saliendo cara
la victoria en formas tales.
Yo prefiero los avales
del deporte sin ultraje;
y que en el próximo viaje
de La Habana hasta el Capiro
le salga mejor el tiro
al gremio del arbitraje.

Terminará con buen tino
de armarse el rompecabezas,
y regresarán las piezas
cada cual a su destino.
El paseante a su camino,
el cantinero a su barra.
Diego Cano a su guitarra
y Fidelito al Caimán,
y yo, Leo, como Adán,
a su triste hoja de parra.
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Aquí nada ha terminado

Por Fidelito el eterno azul

¡Como pelean los leones!
causa asombro su osadía
todo es odio y simpatía
nadie escapa a sus pasiones.
Solo a golpe de cojones,
sin estar pronosticado,
han llegado a lo soñado
desbancando a los trabucos
que con llantos y con trucos
les quisieron aplastar.

Los naranjas han jugado
una pelota tremenda
pues enfrentan la leyenda
que el terreno ha confirmado.
Es cierto, se han exaltado,
han reñido a un compañero
y a algún arbitro pinguero
con mal gesto han agredido
—y no por bien merecido
lo encuentro justificado.

Hay que cortar al cogollo,
mal cosecha trae querella:
No se hizo el juego de estrellas
ni Liga de desarrollo
y se justifica el rollo
de estar jugando de día
por la mala economía
en fin, todo se desluce
hasta el Latino sin luces
pero ¿qué es esto, cojollo?

Desde el clásico pasado
quedan pendiente lecciones,
que antilluevan las razones
y que llueva lo oxidado.
Azules y anaranjados
llegan al sexto partido
el país está encendido,
un nuevo campeón vendrá
pero de poco valdrá
si no gana lo perdido.

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