Cuando en febrero la administración Obama-Clinton envió al Congreso el proyecto de presupuesto para el año fiscal 2011, la partida del Departamento de Estado destinada a financiar la desestabilización en Cuba sufrió una pequeña disminución respecto a las cifras de años anteriores. Los casi 20 millones de dólares asignados para promover la democracia en la isla resultan sólo 4.39 por ciento de los 456 que utilizará Estados Unidos para impulsar acciones encubiertas y apuntalar la hegemonía del imperio en América Latina.
Aunque los fondos no incluyen otras fuentes de financiamiento como las que de manera enmascarada son empleadas por otras agencias federales, como la CIA y sus empresas fantasmas, la noticia alborotó a la gusanera que vive de la industria de la contrarrevolución y al grupo de congresistas cubano. › Leer Más
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