Como capo mafioso de experiencia, se supone que en el gesto de renunciar no tiene previsto perder. Su salario oficial de 140 000 dólares al año como miembro del Congreso le parece, sin dudas, poca cosa al ver circular en Washington múltiples oportunidades de cosechar los frutos de un par de décadas de maquinaciones fructíferas.
Promotor de la ley Helms-Burton y demás decisiones imperiales asesinas del pueblo que pretende defender, siempre ha aspirado a ser presidente del país que torturó su padrino. Un delirio del cual también padeció el extinto Jorge Mas Canosa.
Se puede afirmar, con toda seguridad, que Lincoln Díaz-Balart irá a enriquecer sus arcas al llamado "sector privado" término muy amplio para designar a la cloaca donde fermentan los valores "democráticos" que mejor defiende.› Leer Más
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