Por Patricio Montesinos
El gobierno de Estados Unidos, la derecha recalcitrante española y desacreditados mercenarios al servicio de Washington en Cuba emprenden una feroz ofensiva para impedir que la Unión Europea (UE) elimine la llamada Posición Común que impone a la isla caribeña desde 1996.
Luego que España asumió la presidencia de la UE en enero pasado, el ultraconservador y opositor Partido Popular (PP) no ha dejado de vociferar una y otra vez que “sería un error” que el también denominado Grupo de los 27 ponga fin a esa conducta, injerencista, hipócrita y con propósitos subversivos, que aplica a Cuba.
Representantes del PP y seguidores del ex presidente José Maria Aznar, quien por órdenes del ex régimen del mandatario George W. Bush consiguió que la UE asumiera la Posición Común hace casi 14 años, pretenden impedir un posible cambio de tal política hacia la mayor de las Antillas.
Al unísono, la prensa derechista en España y afamados medios anticubanos en esa nación ibérica han desatado una campaña mediática dirigida a torpedear cualquier intento de las actuales autoridades de Madrid dirigida a normalizar las relaciones entre el llamado Viejo Continente y Cuba.
Igual han hecho desprestigiados mercenarios cubanos, asalariados de Washington y con conocidos vínculos con el PP, quienes bajo expresos mandatos de sus patrones han reiterado sus falsas acusaciones contra su país sobre supuestas violaciones de derechos humanos, con el claro objetivo de que no se elimine la Posición Común.
La más reciente trama anticubana vive en estos días un nuevo capítulo con una “casual” visita a Madrid del subsecretario de Estado norteamericano para asuntos del hemisferio occidental, Arturo Valenzuela, quien desde el mismo comienzo de su estancia cuestionó una eventual transformación de la postura de la UE hacia Cuba.
En declaraciones a la prensa en un foro trasatlántico, el enviado de Washington a Madrid saco rápidamente sus garras injerencistas, al opinar que un cambio de política del Grupo de los 27 con respecto a la isla caribeña, como el que quiere impulsar España, “no es necesariamente positivo”.
Valenzuela, con la retorica acostumbrada de las administraciones de la Casa Blanca, señaló que con Cuba hay un solo objetivo: “que esté dispuesta a volver al sistema interamericano, que tiene como condición fundamental las sociedades libres y abiertas con respeto a los derechos humanos”.
Traducida al buen castellano, la afirmación de ese diplomático estadounidense no quiere decir otra cosa que destruir la Revolución cubana, un viejo anhelo que ni el cruel y prolongado bloqueo norteamericano impuesto la mayor de las Antillas, ni posiciones comunes podrán alcanzar. Ello está más que demostrado.
Tanto el cerco económico, financiero y comercial de Washington contra Cuba, como la actual Posición Común de la UE son un verdadero fracaso, una pesadilla con la cual sus artífices tendrán que terminar algún día.
El gobierno de Estados Unidos, la derecha recalcitrante española y desacreditados mercenarios al servicio de Washington en Cuba emprenden una feroz ofensiva para impedir que la Unión Europea (UE) elimine la llamada Posición Común que impone a la isla caribeña desde 1996.
Luego que España asumió la presidencia de la UE en enero pasado, el ultraconservador y opositor Partido Popular (PP) no ha dejado de vociferar una y otra vez que “sería un error” que el también denominado Grupo de los 27 ponga fin a esa conducta, injerencista, hipócrita y con propósitos subversivos, que aplica a Cuba.
Representantes del PP y seguidores del ex presidente José Maria Aznar, quien por órdenes del ex régimen del mandatario George W. Bush consiguió que la UE asumiera la Posición Común hace casi 14 años, pretenden impedir un posible cambio de tal política hacia la mayor de las Antillas.
Al unísono, la prensa derechista en España y afamados medios anticubanos en esa nación ibérica han desatado una campaña mediática dirigida a torpedear cualquier intento de las actuales autoridades de Madrid dirigida a normalizar las relaciones entre el llamado Viejo Continente y Cuba.
Igual han hecho desprestigiados mercenarios cubanos, asalariados de Washington y con conocidos vínculos con el PP, quienes bajo expresos mandatos de sus patrones han reiterado sus falsas acusaciones contra su país sobre supuestas violaciones de derechos humanos, con el claro objetivo de que no se elimine la Posición Común.
La más reciente trama anticubana vive en estos días un nuevo capítulo con una “casual” visita a Madrid del subsecretario de Estado norteamericano para asuntos del hemisferio occidental, Arturo Valenzuela, quien desde el mismo comienzo de su estancia cuestionó una eventual transformación de la postura de la UE hacia Cuba.
En declaraciones a la prensa en un foro trasatlántico, el enviado de Washington a Madrid saco rápidamente sus garras injerencistas, al opinar que un cambio de política del Grupo de los 27 con respecto a la isla caribeña, como el que quiere impulsar España, “no es necesariamente positivo”.
Valenzuela, con la retorica acostumbrada de las administraciones de la Casa Blanca, señaló que con Cuba hay un solo objetivo: “que esté dispuesta a volver al sistema interamericano, que tiene como condición fundamental las sociedades libres y abiertas con respeto a los derechos humanos”.
Traducida al buen castellano, la afirmación de ese diplomático estadounidense no quiere decir otra cosa que destruir la Revolución cubana, un viejo anhelo que ni el cruel y prolongado bloqueo norteamericano impuesto la mayor de las Antillas, ni posiciones comunes podrán alcanzar. Ello está más que demostrado.
Tanto el cerco económico, financiero y comercial de Washington contra Cuba, como la actual Posición Común de la UE son un verdadero fracaso, una pesadilla con la cual sus artífices tendrán que terminar algún día.
Tomado de Cubadebate
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