Por Antonio de Torre
Ya tenemos un nuevo circo montado. Me refiero al despliegue informativo montado por los medios de comunicación para traer a nuestros hogares la extraordinaria tragedia ocurrida en el país caribeño. Si, caribeño. Haití está en el Caribe, no en el cuerno de Africa, ni cerca de Mozambique ni es una isla pegadita al este de Nueva Zelanda&hellip
Resulta sonrojante comprobar cómo algunos personajes de los que se suben al carro del circo mediático del terremoto se les llena la boca con palabras como solidaridad, ayuda inmediata, ponte en su lugar, ellos lo harían por ti, etcétera, y hace quince días muchos de ellos no tenían la más remota idea de dónde está situado Haití, ni tampoco que hace muchos años que es uno de los países más pobres de la tierra gracias a individuos corruptos amparados por gobiernos y organizaciones humanitarias que ahora se rasgan las vestiduras ante la magnitud de la tragedia, y que sus habitantes viven en la más absoluta dejación y olvido por parte de todos. Pero eso da igual. Lo importante es que le vean a uno en actos solidarios, hablando en televisiones y radios y saliendo en la fotito de turno.
Recogidas de dinero para esta pobre gente que sirve para lavar muchas conciencias y de una muy dudosa utilidad. Muchos de nosotros tenemos dudas razonables de que el dinero que se aporta llegue realmente a su destino, o tenga un fin que de verdad ayude a estas personas. Si de verdad llegara todo lo que al parecer se está gestionando en los países 'desarrollados' o 'civilizados', como quieran, supongo que las cosas estarían un poquito mejor de lo que están, creo yo.
Tanto en las grandes catástrofes como en las guerras siempre hay gente que se forra a cuenta de las desgracias de los demás, supongo que es una parte de la naturaleza humana. Lo hemos visto tantas y tantas veces a lo largo de la historia que mi grado de desconfianza y desazón ante acontecimientos como éstos crece con los años.
Los medios de comunicación, por su parte, se han volcado en mostrarnos todas las imágenes del seísmo. Pero no se engañen, dentro de unos días tendremos otro notición mundial e insuperable como que a Evo Morales se le ha caído el pelo por culpa de una pócima preparada por la CIA, o que a Michelle Obama se le ha roto un tacón mientras cuidaba de sus tomates en el jardín, y ya dejaremos de ver en los informativos a los niños haitianos llorando, con hambre, mutilaciones y quemaduras, y entraremos otra vez en la rutina. Nos volveremos a olvidar de ellos como hasta ahora y volveremos a tener la conciencia tranquila.
Ya tenemos un nuevo circo montado. Me refiero al despliegue informativo montado por los medios de comunicación para traer a nuestros hogares la extraordinaria tragedia ocurrida en el país caribeño. Si, caribeño. Haití está en el Caribe, no en el cuerno de Africa, ni cerca de Mozambique ni es una isla pegadita al este de Nueva Zelanda&hellip
Resulta sonrojante comprobar cómo algunos personajes de los que se suben al carro del circo mediático del terremoto se les llena la boca con palabras como solidaridad, ayuda inmediata, ponte en su lugar, ellos lo harían por ti, etcétera, y hace quince días muchos de ellos no tenían la más remota idea de dónde está situado Haití, ni tampoco que hace muchos años que es uno de los países más pobres de la tierra gracias a individuos corruptos amparados por gobiernos y organizaciones humanitarias que ahora se rasgan las vestiduras ante la magnitud de la tragedia, y que sus habitantes viven en la más absoluta dejación y olvido por parte de todos. Pero eso da igual. Lo importante es que le vean a uno en actos solidarios, hablando en televisiones y radios y saliendo en la fotito de turno.
Recogidas de dinero para esta pobre gente que sirve para lavar muchas conciencias y de una muy dudosa utilidad. Muchos de nosotros tenemos dudas razonables de que el dinero que se aporta llegue realmente a su destino, o tenga un fin que de verdad ayude a estas personas. Si de verdad llegara todo lo que al parecer se está gestionando en los países 'desarrollados' o 'civilizados', como quieran, supongo que las cosas estarían un poquito mejor de lo que están, creo yo.
Tanto en las grandes catástrofes como en las guerras siempre hay gente que se forra a cuenta de las desgracias de los demás, supongo que es una parte de la naturaleza humana. Lo hemos visto tantas y tantas veces a lo largo de la historia que mi grado de desconfianza y desazón ante acontecimientos como éstos crece con los años.
Los medios de comunicación, por su parte, se han volcado en mostrarnos todas las imágenes del seísmo. Pero no se engañen, dentro de unos días tendremos otro notición mundial e insuperable como que a Evo Morales se le ha caído el pelo por culpa de una pócima preparada por la CIA, o que a Michelle Obama se le ha roto un tacón mientras cuidaba de sus tomates en el jardín, y ya dejaremos de ver en los informativos a los niños haitianos llorando, con hambre, mutilaciones y quemaduras, y entraremos otra vez en la rutina. Nos volveremos a olvidar de ellos como hasta ahora y volveremos a tener la conciencia tranquila.
Tomado de nortecastilla.es
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