Por Enrique González Manet (*)
La Habana, (PL) Se calculan en mil 200 millones las computadoras existentes en el mundo y en 860 millones el número de analfabetos, sin incluir a los que no saben o no pueden operar un equipo de informática.
Esto que hace un total de más de cuatro mil millones de iletrados tecnológicos, de los cuales no habla nadie y para los cuales el destino técnico, educativo y cultural, es incierto y oscuro.
Aquí no nos atrevemos a considerar a los que usan la computadora como máquina de escribir con memoria y sólo pueden utilizarla en un 15 por ciento.
Existen otras limitaciones, como es el tiempo útil de los equipos, calculado en cinco años, el costo de las piezas de recambio, el pago de Internet y el gasto del consumo eléctrico.
En la gama de factores limitantes figuran instrucciones confusas o insuficientes y la difícil mecánica del idioma alfanumérico.Baste decir que Cuba lleva invertidos unos 500 millones de dólares en un parque que se considera insuficiente y que ello incluye instructores y programas.
Todo esto hace difícil la práctica y el entrenamiento y mucho más la aplicación de sistemas en países subdesarrollados.
El dominio de estas técnicas es bien importante, pues ellas enmarcan las nuevas formas de cultura que trae la informática y sin las cuales no puede haber conocimiento.
De esto parecen no haberse dado cuenta muchos países que aún miran con desconfianza la computación sin saber que esta es la llave del progreso y del desarrollo de la inteligencia.
Es como una especie de juego de ajedrez que estimula el conocimiento y cuya práctica va siendo imprescindible en el mundo de hoy.
Esto quiere decir que ya no hay modo de acceder al conocimiento si no es de un modo u otro, a través de la informática.Este proceso incluye cambios inevitables a partir de continuadas innovaciones y descubrimientos a los que hay que adaptarse.
Otra cosa es el idioma inglés, el cual parece ir sacando de juego a los demás lenguajes, incluidos el Chino y el Español, a los que algunos expertos ponen en primer lugar con intenciones de desinformación.
Cuando son equipos muy avanzados hay otros problemas. Todo eso conspira contra la eficacia de la computación.Hasta cuándo será necesario esperar para que los países de la Alianza Bolivariana de los Pueblos de Nuestra América (ALBA) se den cuenta de la importancia política de la computación? Un primer avance sería discutirle el terreno a Estados Unidos y otro aprender a moverse con libertad en el mundo del mañana, así como responderle a los "¿blogueros?" al servicio de los intereses yanquis, que parecen haber ido ocupando espacio en ese terreno abierto para todos por Internet.
Recordemos que un general de cuatro estrellas, jefe del comando electrónico de Estados Unidos, dijo que el espacio estelar era ahora el terreno de las próximas guerras.
No hay que engañarse porque Washington está a un paso de las amenazas de invasión contra América Latina en su conjunto.
Y ya no le importa nada porque se está jugando la existencia del capitalismo y del poder político en el mundo.
Pensamos que por todo esto es necesario abrir los ojos y ponernos para la informática.
La Habana, (PL) Se calculan en mil 200 millones las computadoras existentes en el mundo y en 860 millones el número de analfabetos, sin incluir a los que no saben o no pueden operar un equipo de informática.
Esto que hace un total de más de cuatro mil millones de iletrados tecnológicos, de los cuales no habla nadie y para los cuales el destino técnico, educativo y cultural, es incierto y oscuro.
Aquí no nos atrevemos a considerar a los que usan la computadora como máquina de escribir con memoria y sólo pueden utilizarla en un 15 por ciento.
Existen otras limitaciones, como es el tiempo útil de los equipos, calculado en cinco años, el costo de las piezas de recambio, el pago de Internet y el gasto del consumo eléctrico.
En la gama de factores limitantes figuran instrucciones confusas o insuficientes y la difícil mecánica del idioma alfanumérico.Baste decir que Cuba lleva invertidos unos 500 millones de dólares en un parque que se considera insuficiente y que ello incluye instructores y programas.
Todo esto hace difícil la práctica y el entrenamiento y mucho más la aplicación de sistemas en países subdesarrollados.
El dominio de estas técnicas es bien importante, pues ellas enmarcan las nuevas formas de cultura que trae la informática y sin las cuales no puede haber conocimiento.
De esto parecen no haberse dado cuenta muchos países que aún miran con desconfianza la computación sin saber que esta es la llave del progreso y del desarrollo de la inteligencia.
Es como una especie de juego de ajedrez que estimula el conocimiento y cuya práctica va siendo imprescindible en el mundo de hoy.
Esto quiere decir que ya no hay modo de acceder al conocimiento si no es de un modo u otro, a través de la informática.Este proceso incluye cambios inevitables a partir de continuadas innovaciones y descubrimientos a los que hay que adaptarse.
Otra cosa es el idioma inglés, el cual parece ir sacando de juego a los demás lenguajes, incluidos el Chino y el Español, a los que algunos expertos ponen en primer lugar con intenciones de desinformación.
Cuando son equipos muy avanzados hay otros problemas. Todo eso conspira contra la eficacia de la computación.Hasta cuándo será necesario esperar para que los países de la Alianza Bolivariana de los Pueblos de Nuestra América (ALBA) se den cuenta de la importancia política de la computación? Un primer avance sería discutirle el terreno a Estados Unidos y otro aprender a moverse con libertad en el mundo del mañana, así como responderle a los "¿blogueros?" al servicio de los intereses yanquis, que parecen haber ido ocupando espacio en ese terreno abierto para todos por Internet.
Recordemos que un general de cuatro estrellas, jefe del comando electrónico de Estados Unidos, dijo que el espacio estelar era ahora el terreno de las próximas guerras.
No hay que engañarse porque Washington está a un paso de las amenazas de invasión contra América Latina en su conjunto.
Y ya no le importa nada porque se está jugando la existencia del capitalismo y del poder político en el mundo.
Pensamos que por todo esto es necesario abrir los ojos y ponernos para la informática.
(*) El autor es periodista, profesor e investigador cubano, colaborador de Prensa Latina.
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