Érase una vez el sueño americano de una prosperidad compartida por todos, pero sucede que el cuento de hadas da lugar a la pesadilla. Cada día 49 millones de ciudadanos de los Estados Unidos (el 16% de la población) padece hambre, de los cuales 17 millones son niños (1). ¡Paso a las filas de espera en los comedores de beneficencia y en los despachos donde se proporcionan bonos de alimentos!
La cifra no ofrece ninguna duda, aunque no ocupe ningún espacio en los medios. Ha sido establecida por Ministerio de Agricultura que publica esta estadística cada año desde 1995. De hecho, se trata de datos recogidos en 2008, superados después por la ola de paro que alcanza oficialmente al 10,2% de los que están en edad de trabajar (en realidad el 17% si se cuenta a los que tienen un empleo de varias horas al mes y por lo tanto son sacados de las listas contables de la miseria.)
Porque, entre los hambrientos, el Ministerio revela también la presencia de trabajadores pobres, aquellos que a pesar de tener un salario viven por debajo del umbral de la pobreza.
Un niño de cada cuatro ha conocido privaciones alimentarias en 2008. Cuatro millones más que el año anterior. Son las familias con hijos las primeras víctimas de esta ola de pobreza. Un nivel comparable al de los años treinta, al principio de la gran depresión. › Leer Más
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