LA HABANA (AP) _ Omara Portuondo, la diva del Buena Vista Social Club está emocionada: luego de seis años de ausencia regresará a los escenarios de Estados Unidos para llevar pura música cubana, un medicamento'' que ella aseguró sana por encima de cualquier disputa política binacional.
Es bueno poder compartir la cultura, que es el alma de un pueblo'', expresó Portuondo en entrevista con AP, después de darse a conocer la noticia de que finalmente las autoridades norteamericanas habían autorizado su visa.
La intérprete tiene previsto presentarse en el Festival de Jazz de San Francisco el 20 de octubre y 23 del mismo mes realizar un concierto en un campus universitario de la misma ciudad.
Durante esos días se convertirá en una embajadora de buena voluntad'' entre ambos países, dijo.
Ocurrente, de palabra fácil, la cantante insistió: Me da gusto saber que vamos a volver'' a Estados Unidos; en realidad país que visitó incontables veces en medio siglo de carrera artística y al cual le apenaba no ir debido a la política de la administración del ex presidente George Bush que no entregó visas para que artistas cubanos viajaran a su país.
Recordó incluso su paso por San Francisco con el Buena Vista Social Club, un proyecto que a finales de los 90 resucitó internacionalmente a la vieja trova cubana y sacó del ostracismo a muchos ancianos músicos que se convirtieron en estrellas de los escenarios tras ganar el Grammy en 1997.
Claro que conozco San Francisco! Fui con el Buena Vista, que tuvo un éxito muy ansiado y tan merecido porque muestra nuestra cultura es grande y (en el mundo) la disfrutan'', agregó la mujer.
Ahora con su propio grupo, la Portuondo tendrá oportunidad de volver a conquistar al público y en esta ocasión llevará al pianista Harold López Nusa, un destacado jazzista isleño.
Vamos a presentar este disco que tenemos nominado para el Grammy Latino que se llama 'Gracias' y con el cual estoy dándole precisamente las gracias a tanto público de tantas partes del mundo, a tantos productores y músicos que me han apoyado en esta carrera de 60 años'', manifestó la artista.
Bajo el sello World Village Montuno'', el trabajo cuenta con la participación de Rocío, nieta de Portuondo que tenía ocho años cuando se grabó.
Inicialmente fue un juego llevar a la niña al estudio, explicó.
Era algo simpático, novedoso para ella'', pero finalmente lo hizo tan bien que fue al disco.
La gente se ha sorprendido'', comentó. Realmente a ella le gusta mucho la música. Comenzó a estudiar clarinente... pero dice que va a ser pediatra y también me parece bonito''.
Nacida el 29 de octubre de 1930, hija de un beisbolista negro y una mujer blanca en una época de fuertes prejuicios raciales, la pequeña Omara aprendió a enfrentar desafíos.
Siendo una jovencita fue invitada como bailarina del Cabaret Tropicana, pero en su tiempo libre ella y su hermana Haydee solían cantar jazz y bossa nova y se divertían con sus amigos músicos: César Portillo de la Luz, José Antonio Méndez y el pianista Frank Emilio Flynn, los creadores del filin''.
El vocablo es la cubanización de la palabra inglesa feeling'' (sentimiento), y designó una robusta corriente musical que mezcló esos ritmos con un toque tropical y renovó por completo la tradición en la isla, mientras le dio vigor al bolero.
A lo largo de esos años, la Portuondo conoció o compartió escenario con Edith Piaf, Nat King Cole, Libertad Lamarque, María Félix, Agustín Lara, Niní Marshall, Ernesto Lecuona, Bola de Nieve, Rita Montaner o Benny Moré.
En 1959, al triunfo de la revolución, Portuondo ya tenía un nombre en la músi ca cubana y a diferencia de otros prefirió quedarse en la isla y jamás ocultó su afinidad con el proceso.
Cuando parecía que su vida artística había llegado a su clímax, el destino le deparó la sorpresa de un relanzamiento junto al Buena Vista en 1997.
Ahora, postulada a un Latin Grammy al mejor álbum tropical contemporáneo, se muestra entusiasmada como una jovencita por el éxito de Gracias''.
Ya con estar nominado una se siente feliz, además son tremendas competencias. Es que en el mundo entero hay muy buena música y por suerte nosotros estamos en ese grupo'', expresó la artista. (La ceremonia de premiación es el 5 de noviembre en Las Vegas).
Mientras tanto la sedosa voz de la novia del filin'' se paseará en las semanas venideras por México y también le dará sonido a la ópera prima que filman en Cuba los actores Jorge Perugorría y Vladimir Cruz, con música de Silvio Rodríguez, de la que se abstuvo de adelantar detalles.
Cuando se le pregunta por el secreto de la música isleña que parece generar talentos a montones y no cesar de sorprender, la Portuondo se pone pensativa.
Hay algo que se transmite... la alegría del cubano, una gracia que le cae bien a las personas'', reflexionó.
Hay gente que conocimos que la primera vez que escucharon el Buena Vista estaban apagadas y una vez que oyeron (la música) se sanaron. Es un fenómeno muy especial'', comentó. La música cubana es el mejor medicamento!''
Es bueno poder compartir la cultura, que es el alma de un pueblo'', expresó Portuondo en entrevista con AP, después de darse a conocer la noticia de que finalmente las autoridades norteamericanas habían autorizado su visa.
La intérprete tiene previsto presentarse en el Festival de Jazz de San Francisco el 20 de octubre y 23 del mismo mes realizar un concierto en un campus universitario de la misma ciudad.
Durante esos días se convertirá en una embajadora de buena voluntad'' entre ambos países, dijo.
Ocurrente, de palabra fácil, la cantante insistió: Me da gusto saber que vamos a volver'' a Estados Unidos; en realidad país que visitó incontables veces en medio siglo de carrera artística y al cual le apenaba no ir debido a la política de la administración del ex presidente George Bush que no entregó visas para que artistas cubanos viajaran a su país.
Recordó incluso su paso por San Francisco con el Buena Vista Social Club, un proyecto que a finales de los 90 resucitó internacionalmente a la vieja trova cubana y sacó del ostracismo a muchos ancianos músicos que se convirtieron en estrellas de los escenarios tras ganar el Grammy en 1997.
Claro que conozco San Francisco! Fui con el Buena Vista, que tuvo un éxito muy ansiado y tan merecido porque muestra nuestra cultura es grande y (en el mundo) la disfrutan'', agregó la mujer.
Ahora con su propio grupo, la Portuondo tendrá oportunidad de volver a conquistar al público y en esta ocasión llevará al pianista Harold López Nusa, un destacado jazzista isleño.
Vamos a presentar este disco que tenemos nominado para el Grammy Latino que se llama 'Gracias' y con el cual estoy dándole precisamente las gracias a tanto público de tantas partes del mundo, a tantos productores y músicos que me han apoyado en esta carrera de 60 años'', manifestó la artista.
Bajo el sello World Village Montuno'', el trabajo cuenta con la participación de Rocío, nieta de Portuondo que tenía ocho años cuando se grabó.
Inicialmente fue un juego llevar a la niña al estudio, explicó.
Era algo simpático, novedoso para ella'', pero finalmente lo hizo tan bien que fue al disco.
La gente se ha sorprendido'', comentó. Realmente a ella le gusta mucho la música. Comenzó a estudiar clarinente... pero dice que va a ser pediatra y también me parece bonito''.
Nacida el 29 de octubre de 1930, hija de un beisbolista negro y una mujer blanca en una época de fuertes prejuicios raciales, la pequeña Omara aprendió a enfrentar desafíos.
Siendo una jovencita fue invitada como bailarina del Cabaret Tropicana, pero en su tiempo libre ella y su hermana Haydee solían cantar jazz y bossa nova y se divertían con sus amigos músicos: César Portillo de la Luz, José Antonio Méndez y el pianista Frank Emilio Flynn, los creadores del filin''.
El vocablo es la cubanización de la palabra inglesa feeling'' (sentimiento), y designó una robusta corriente musical que mezcló esos ritmos con un toque tropical y renovó por completo la tradición en la isla, mientras le dio vigor al bolero.
A lo largo de esos años, la Portuondo conoció o compartió escenario con Edith Piaf, Nat King Cole, Libertad Lamarque, María Félix, Agustín Lara, Niní Marshall, Ernesto Lecuona, Bola de Nieve, Rita Montaner o Benny Moré.
En 1959, al triunfo de la revolución, Portuondo ya tenía un nombre en la músi ca cubana y a diferencia de otros prefirió quedarse en la isla y jamás ocultó su afinidad con el proceso.
Cuando parecía que su vida artística había llegado a su clímax, el destino le deparó la sorpresa de un relanzamiento junto al Buena Vista en 1997.
Ahora, postulada a un Latin Grammy al mejor álbum tropical contemporáneo, se muestra entusiasmada como una jovencita por el éxito de Gracias''.
Ya con estar nominado una se siente feliz, además son tremendas competencias. Es que en el mundo entero hay muy buena música y por suerte nosotros estamos en ese grupo'', expresó la artista. (La ceremonia de premiación es el 5 de noviembre en Las Vegas).
Mientras tanto la sedosa voz de la novia del filin'' se paseará en las semanas venideras por México y también le dará sonido a la ópera prima que filman en Cuba los actores Jorge Perugorría y Vladimir Cruz, con música de Silvio Rodríguez, de la que se abstuvo de adelantar detalles.
Cuando se le pregunta por el secreto de la música isleña que parece generar talentos a montones y no cesar de sorprender, la Portuondo se pone pensativa.
Hay algo que se transmite... la alegría del cubano, una gracia que le cae bien a las personas'', reflexionó.
Hay gente que conocimos que la primera vez que escucharon el Buena Vista estaban apagadas y una vez que oyeron (la música) se sanaron. Es un fenómeno muy especial'', comentó. La música cubana es el mejor medicamento!''
Espero que albita, Gloria estefan, Chirino , olga guillot pueden llevar la medicina a Cuba pronto
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