Un amigo, asiduo de Cambios en Cuba, me ha hecho llegar, vía email, estos versos que le inspiraran un reciente taller sobre identidad cultural al que asistió en calidad de alumno.
El Yo y el Yo-no
El yo y el yo-no se encontraron andando por el mundo.
El yo vestía guayabera blanca, sombrero de yarey y una sonrisa roja, azul y blanca.
El yo-no vestía de azul con 51 estrellas en la manga.
Miraba por encima del hombro y solía decirle a yo; out.
Yo-no pensaba quedarse con el yo, por eso lo compró en París…
Más el yo sombrero en mano y la estrella en la frente dijo no.
Yo-no se hizo el sordo y llenó a yo de pacotilla, promesas y mentiras.
Tomó del yo joven y confundido casi todo,
Le cambió la guayabera, el sombrero de yarey,
A su español le agregó mucho inglés.
Le faltaba la estrella, Yo-no la quería para su manga.
Más yo creció, y en cada punta de la estrella martianas palabras daban luz.
Sobre el yugo el yo se fue a la montaña.
Yo-no siempre en inglés decía: out, this is my country.
¿Desde cuando yo puede negarle algo al no-yo?
El yo, no hablaba, se multiplicaba y la sonrisa se hacía más roja, más blanca, más azul.
El yo lanzó su luz en fidelísimas palabras.
Yo-no se refugió en el norte odiando al yo, persiguiéndolo, emboscándolo.
El yo tiene palomas blancas, versos duros, ojo avizor.
Tiene en cada punta de su estrella: educación, salud, deporte, igualdad y solidaridad.
El yo tiene un son, un rapto de mulatas, un toque de tambor.
El yo, Fidel, Cuba, Revolución, le dice cuidado no-yo
Que si te pasas de la raya tendrás más Girón.
J. S. Glez, 4 de abril de 2001
El Yo y el Yo-no
El yo y el yo-no se encontraron andando por el mundo.
El yo vestía guayabera blanca, sombrero de yarey y una sonrisa roja, azul y blanca.
El yo-no vestía de azul con 51 estrellas en la manga.
Miraba por encima del hombro y solía decirle a yo; out.
Yo-no pensaba quedarse con el yo, por eso lo compró en París…
Más el yo sombrero en mano y la estrella en la frente dijo no.
Yo-no se hizo el sordo y llenó a yo de pacotilla, promesas y mentiras.
Tomó del yo joven y confundido casi todo,
Le cambió la guayabera, el sombrero de yarey,
A su español le agregó mucho inglés.
Le faltaba la estrella, Yo-no la quería para su manga.
Más yo creció, y en cada punta de la estrella martianas palabras daban luz.
Sobre el yugo el yo se fue a la montaña.
Yo-no siempre en inglés decía: out, this is my country.
¿Desde cuando yo puede negarle algo al no-yo?
El yo, no hablaba, se multiplicaba y la sonrisa se hacía más roja, más blanca, más azul.
El yo lanzó su luz en fidelísimas palabras.
Yo-no se refugió en el norte odiando al yo, persiguiéndolo, emboscándolo.
El yo tiene palomas blancas, versos duros, ojo avizor.
Tiene en cada punta de su estrella: educación, salud, deporte, igualdad y solidaridad.
El yo tiene un son, un rapto de mulatas, un toque de tambor.
El yo, Fidel, Cuba, Revolución, le dice cuidado no-yo
Que si te pasas de la raya tendrás más Girón.
J. S. Glez, 4 de abril de 2001
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