lunes, 10 de agosto de 2009

Obama y la hipocresía del intervencionismo

Por M. H. Lagarde

El presidente Barack Obama, afirmó, durante la cumbre de los países de Norteamérica que tiene lugar en Guadalajara, que México, Canadá y Estados Unidos mantienen su apoyo al restablecimiento del orden democrático en Honduras tras el golpe del pasado 28 de junio.
Obama, una vez más, reiteró su apoyo al depuesto presidente Manuel Zelaya durante una rueda de prensa en el Instituto Cultural Cabañas, pero al mismo tiempo calificó de "hipocresía" que los mismos líderes de la región que piden una mayor intervención de Estados Unidos en la crisis política en Honduras, son los mismos que han pedido que "los yanquis se salgan de América Latina".
Por lo visto, el mandatario norteamericano, quien la pasada semana también afirmó que no contaba con un botón para devolver a Zelaya al poder, no desea darse cuenta que la intervención que se le reclama es precisamente la de ayudar a cesar, de una vez por todas, el intervencionismo norteamericano en América Latina. Lo que se le ha pedido al gobierno de Estados Unidos son acciones concretas y enérgicas respecto al golpe y dejar a un lado un doble discurso que pregona como única solución la variante de pacíficas “mediaciones” entre dos bandos irreconciliables. Las bayonetas no entienden el idioma de la democracia, y viceversa. Quizás por ello, para la “hipócrita” opinión mundial, la alternativa norteamericana solo ha conseguido legitimar en el poder al actual gobierno de facto.
La mayoría de los “hipócritas” a los que hace referencia Obama han dejado, hasta ahora, al margen de sus críticas al intervencionismo norteamericano al presidente de Estados Unidos y, en su gran mayoría, lo han presentado como otra víctima de los halcones que, en Estados Unidos, no han ocultado su colaboracionismo y simpatía por el gobierno de facto de Honduras.
Sin embargo, las nuevas declaraciones del presidente estadounidense ponen en entredicho la bastante generalizada matriz de opinión de que el golpe de Honduras ha sido, también, “un golpe contra Obama”. El presidente no ha negado explícitamente la participación de Estados Unidos en el golpe y su juego de palabras sobre el intervencionismo yanqui en la zona bien puede interpretarse como un espaldarazo a aquellos que los “hipócritas” señalan como cómplices e inspiradores del golpe.
A quienes en el último mes han destacado la histórica dependencia, tanta económica como militar de Honduras respecto a Estados Unidos, sin dudas, no le falta razón en cuanto al papel que ha jugado y juega el intervencionismo norteamericano en Latinoamérica. Nadie puede negar la existencia de la base de Palmerola en Honduras.
Por otro lado, en este caso, Obama se ha quedado sin la coartada que le ha brindado en otras ocasiones los desatinos de la administración precedente. El golpe en Honduras no ocurrió en el gobierno de Bush y ahora no puede decirse que la intervención de Estados Unidos en Latinoamérica es cuestión del pasado.
Casi al mismo tiempo que Obama hacia su trabalenguas sobre la hipocresía en Guadalajara, los presidentes de los países que integran UNASUR, reunidos en Quito, denunciaban el riesgo que significa para la paz en la región el hecho de que el actual gobierno estadounidense se proponga implantar nada menos que siete bases militares en Colombia.

2 comentarios:

  1. Nunca he confiado en Barack Obama, no es más que otro esclavo del imperialismo, y lo mejor es que no se entrometa en asuntos latinoamericanos...

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  2. JOAN MANUEL SALAS VALERA19 de agosto de 2009, 13:04

    HAY QUE RADICALIZAR Y ACERAR LA UNION POLITICA Y MILITAR DE LATINOAMERICA Y EL CARIBE PARA HACER CONTRAPESO A EEUU, Y CREAR UNA ALIANZA MILITAR CON CHINA RUSIA LOS PAISES DEL MEDIO ORIENTE Y AFRICA AL ESTILO DE LA OTAN PARA DESTRUIR LA SUPREMACIA MILITAR NORTEAMERICANA, Y CONSTRUIR EL MUNDO MULTIPOLAR... JOAN MANUEL SALAS VALERA ESTUDIANTE DE ECONOMIA DE LA UNIVERSIDAD DEL ZULIA;EN MARACAIBO VENEZUELA.

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