Por Nikolas Kozloff
Cuando se trata de maquinaciones e intervencionismo de EE.UU. en Latinoamérica, no soy ingenuo: durante los últimos cinco años he escrito dos libros sobre el funcionamiento interno de la política exterior estadounidense al sur de la frontera, así como docenas y docenas de artículos publicados en Internet y en mi blog. Como resultado, el hecho de que el gobierno de Obama afirme que sabía que se fabricaba una tormenta política en Honduras, pero que se sorprendió cuando efectivamente tuvo lugar un golpe militar, va más allá de mi credibilidad.
Sin embargo, a falta de hechos innegables y objetivos, todavía no puedo dar una opinión sobre si Obama se ha convertido en un imperialista que se propone blandir el Gran Garrote en Centroamérica. Además, el hecho de que Hugo Chávez, de Venezuela, diga que el imperialismo norteamericano está detrás del golpe en Tegucigalpa no significa que sea así. Típicamente, Chávez no ha presentado una pizca de evidencia para apoyar sus provocativas afirmaciones.
Instituto Internacional Republicano
Hay, sin embargo, una serie de pistas desconcertantes que apuntan a una participación de EE.UU. – no de un golpe en sí, sino en una desestabilización indirecta. Eva Golinger, autora de “El código Chávez”, acaba de publicar un artículo interesante en su blog sobre los vínculos entre el Instituto Internacional Republicano (IRI) y los grupos conservadores en la sociedad hondureña. Golinger ha dado seguimiento a mis amplios escritos que documentan las actividades del IRI, un grupo presidido por el senador John McCain (republicano por Arizona). Aunque McCain habla poco del tema, ha obtenido gran parte de su experiencia en política exterior en su trabajo en dicha operación, financiada por el gobierno de EE.UU. y dinero privado. El grupo, que recibe decenas de millones de dólares de dineros públicos cada año, afirma que promueve la democracia en todo el mundo.
Golinger revela que el IRI ha entregado cientos de miles de dólares a los tanques pensantes en Honduras para tratar de influenciar los partidos políticos. Es más, da a conocer que la Agencia de Desarrollo Internacional de EE.UU. (USAID) ha suministrado decenas de millones de dólares para “promover la democracia” en Honduras. Fue particularmente interesante saber que uno de los receptores de la ayuda fue el Consejo Hondureño de la Empresa Privada, conocido por su acrónimo COHEP, un antiguo adversario del gobierno de Zelaya.
Otto Reich
Otro dato interesante proviene de Bill Weinberg, un periodista cabal y tenaz, fundador del sitio en Internet World War 4 Report y presentador del programa Moorish Orthodox Radio Crusade en Nueva York. El domingo, Weinberg publicó un fascinante artículo en su sitio en Internet titulado “¿Otto Reich tras el golpe en Honduras?” En el texto, Weinberg revela que la Organización Fraternal Negra Hondureña, OFRANEH, ha afirmado que el ex diplomático estadounidense Otto Reich, y la Fundación Arcadia, con base en Washington, estuvieron implicados en el golpe.
En mi primer libro, documenté con cierto detalle las hazañas de Otto Reich en América Latina. Nacido de Cuba, Reich abandonó la isla en 1960. En 1973, mientras estudiaba en Georgetown, encontró a un sujeto llamado Frank Calzon. Según La Prensa de Honduras, Calzon era un experto “en desinformación de la CIA” quien reclutó a Reich. Más adelante, cuando Reich sirvió como Embajador de EE.UU. en Venezuela bajo la administración de Ronald Reagan, hizo contacto con Gustavo Cisneros, magnate de los medios, multimillonario y destacado personaje futuro en la oposición a Chávez.
Después de su primer período como embajador, Reich pasó a ser un lobista corporativo para Bacardi y Lockheed Martin, una compañía que quería suministrar aviones caza F-16 a Chile. En 2002, llegó a ser secretario adjunto de estado para Asuntos del Hemisferio Occidental bajo la administración Bush mediante un nombramiento durante un receso del Senado. Aunque Reich ha desmentido que EE.UU. haya jugado algún papel en el breve golpe de Estado contra el presidente venezolano Hugo Chávez en abril de 2002, se ha informado que el veterano diplomático se reunió regularmente en la Casa Blanca con el presunto conspirador del golpe Pedro Carmona. En el apogeo del golpe en Venezuela, Reich llamó dos veces a su antiguo amigo Cisneros. Según el magnate mediático, Reich llamó “como amigo” porque partidarios de Chávez protestaban contra los medios noticiosos de Caracas.
Reich también ha servido en el consejo de visitantes de WHINSEC, conocida anteriormente como Escuela de las Américas, una institución del ejército de EE.UU. que adiestró a los militares latinoamericanos en las técnicas de tortura. Como miembro del consejo, la tarea de Reich era revisar y asesorar “áreas como currículo, instrucción académicas, y asuntos fiscales del instituto.” Después de abandonar el gobierno de Bush en 2004, Reich fundó Otto Reich Associates en Washington, D.C. En el sitio del grupo en Internet, se puede ver una foto de Reich y John McCain dándose la mano. Una leyenda de McCain dice: “El embajador Reich ha servido a EE.UU. con distinción representando nuestros valores fundamentales de libertad y democracia en todo el mundo, y le agradezco su apoyo.”
El negocio de Reich suministra servicios en “Relaciones gubernamentales Internacionales/Anti-corrupción,” e “Inteligencia empresarial/pronósticos políticos.” Específicamente el grupo se propone “diseñar e implementar estrategias diplomáticas políticas y de negocios para compañías de EE.UU. y multinacionales para competir sobre una base de actuación igualada en países con complejos desafíos éticos y legales,” así como “asesorar a grandes y medianas corporaciones de EE.UU. en relaciones gubernamentales para apoyar objetivos comerciales y de inversiones en países sur y centroamericanos y del Caribe,” aparte de identificar y procurar inversiones extranjeras y “oportunidades de privatización” en Latinoamérica.
Otto Reich y el caso ardiente de Hondutel
En la campaña de 2008, Reich sirvió como asesor en política exterior para el republicano John McCain. En una entrevista con La Prensa de Honduras, Reich atacó al presidente hondureño Zelaya por cultivar lazos con Hugo Chávez. Reich mostró un desdén particular por la Alternativa Bolivariana para las Américas, ALBA, un pacto contrario al libre comercio que incluye a Venezuela, Honduras, Cuba, y Bolivia. “Honduras," señaló Reich, “debiera tener mucho cuidado porque el problema del petróleo y de Chávez es muy similar al de los que venden drogas. Primero regalan drogas para que las víctimas se conviertan en adictos y luego tengan que comprar esa droga al precio que exige el vendedor.”
Reich pasó a decir que estaba muy “desilusionado” con Zelaya porque el presidente hondureño era “corrupto desde un punto de vista financiero y moral.” En otra entrevista con los medios hondureños, Reich fue más lejos, diciendo descaradamente que “si el presidente Zelaya quiere ser aliado de nuestros enemigos, déjenlo pensar en lo que podrían ser las consecuencias de sus acciones y palabras.”
Al hablar de corruptas trasgresiones de Zelaya, Reich acostumbra citar el caso de la compañía hondureña de telecomunicaciones de propiedad estatal, Hondutel. En un explosivo artículo, el periódico de Miami El Nuevo Herald informó que una compañía llamada Latin Node sobornó a tres funcionarios de Hondutel para obtener contratos preferenciales y tasas reducidas. Zelaya, señaló Reich a El Nuevo Herald, “ha permitido o alentado ese tipo de prácticas y pronto veremos quién está detrás de eso.”
Reich no suministró detalles pero recordó a los lectores que el sobrino de Zelaya, Marcelo Chimirri, fue un alto funcionario en Hondutel y había sido acusado por una serie de prácticas ilícitas respecto a contratos de Hondutel. “Después de una protesta clamorosa en Honduras,” escribe Bill Weinberg de World War 4 Report, "Reich dijo que estaba dispuesto a hacer una declaración jurada sobre el asunto ante las autoridades hondureñas – pero dijo que no viajaría a Honduras para hacerlo, porque su seguridad personal estaría en peligro en ese país.” Los pronunciamientos de Reich al periódico de Miami enfurecieron a Zelaya quien habló en la radio y la televisión nacional para anunciar que demandaría a Reich por difamación. “Procederemos con una acción judicial por calumnia contra ese individuo, Otto Reich, quien ha estado conduciendo una campaña de dos años contra Honduras,” anunció el presidente.
Aumentando la presión contra Chimirri, la embajada de EE.UU. en Tegucigalpa negó una visa de ingreso a EE.UU. al funcionario de Hondutel, citando “serios casos de corrupción.” Zelaya debe haberse tomado a pecho la prohibición de EE.UU. contra su sobrino. Zelaya se quejó a Washington recién en diciembre sobre el tema de la visa, instando a funcionarios de EE.UU. a “revisar el procedimiento mediante el cual se anulan o niegan visas a ciudadanos de diferentes partes del mundo como medio de presión contra aquellos que tienen diferentes creencias o ideologías que no representen una amenaza para EE.UU.”
El embajador de EE.UU., Charles Ford, nombrado por Bush, también presionó a Zelaya. Hablando con el periódico hondureño La Tribuna, Ford dijo que el gobierno de EE.UU. estaba investigando a compañías de telecomunicaciones estadounidenses por haber supuestamente pagado sobornos a funcionarios hondureños para involucrarse en el así llamado “tráfico gris” o evasión ilícita de canales legales de telecomunicaciones. La mejor manera de combatir el tráfico gris, dijo Ford, es a través de una mayor competencia que a su vez reduciría las tarifas de llamados a larga distancia.
Tal vez el gobierno de EE.UU. estaba utilizando las acusaciones de corrupción como munición contra Hondutel, una compañía estatal que Reich probablemente preferiría ver privatizada. La elite hondureña había querido fraccionarla hace tiempo. A fines de los años noventa, ningún otro que Roberto Micheletti, el actual presidente golpista de Honduras, era gerente de Hondutel. Entonces, Micheletti estaba a favor de privatizar la firma. Después Micheletti pasó a ser presidente del Congreso Nacional de Honduras. En esa capacidad, tuvo problemas con el régimen de Zelaya que se opuso a la así llamada “reforma telecom” que abriría la puerta a una privatización total.
El misterioso caso de Arcadia y de Robert-Carmona Borjas
El caso contra Hondutel y Chimirri fue estructurado por nada más y nada menos que la Fundación Arcadia, un organismo de control sin fines de lucro contra la corrupción que promueve “el buen gobierno y las instituciones democráticas.” Para ser una organización que supuestamente defiende la transparencia, no suministra mucha información sobre sí misma en su sitio en Internet. Los dos fundadores son Betty Bigombe, mediadora por la paz ugandesa e investigadora del Banco Mundial, y Robert-Carmona Borjas, experto venezolano en asuntos militares, seguridad nacional, corrupción, y buen gobierno. El sitio en Internet no menciona a otros miembros del personal en su filial en Washington. Fuera de EE.UU., la organización tiene oficinas en España, México, República Dominicana, Argentina, y Guatemala.
En sus artículos publicados en el periódico conservador venezolano El Universal, Borjas ha atacado a Chávez. En los últimos meses, había expresado escepticismo sobre la apertura en la política exterior de Obama, particularmente si significaba tratar con personalidades “totalitarias” como el presidente venezolano. Según su biografía, Borjas se fue de Venezuela después del golpe de 2002 contra Chávez y buscó asilo político en EE.UU.
¿Le interesa saber de dónde proviene el financiamiento de Arcadia? El sitio en Internet no le dirá gran cosa. Sin embargo, haga clic en "In The Media" y encontrará una interminable lista de artículos de Borjas y vínculos con noticias relacionadas con Hondutel (y digo interminables: vi unos 70 artículos antes de cansarme y dejar de contar). No hay otra investigación publicada en el sitio de Arcadia, lo que lleva a preguntarse si el único objetivo de la organización es ir en pos del caso Hondutel. No hay evidencia de que Borjas conozca a Reich, aunque considerando su interés común (o más bien obsesión) por el affaire Hondutel parece que los dos podrían haber cruzado sus caminos.
En los últimos meses, Borjas puso su campaña contra Zelaya a todo lo que da. Como dice Weinberg: “Los periódicos hondureños El Heraldo (Tegucigalpa) y La Prensa (San Pedro Sula) señalaron el 11 de junio que Carmona-Borjas había iniciado acciones legales contra Zelaya y otras personalidades en su gobierno por desafiar un dictamen judicial que prohibía los preparativos para el referendo constitucional programado para el día en el que expulsaron a Zelaya. Un vídeo en YouTube de fecha 3 de julio muestra secuencias de Carmona-Borjas, transmitidas por el Canal 8 TV de Honduras, dirigiéndose a un mitin contra Zelaya en la Plaza la Democracia de Tegucigalpa recibiendo aplausos entusiastas. En sus comentarios, acusa a Zelaya de colaboración con narcotraficantes.”
Ahí lo tenemos: el Instituto Republicano Internacional, una enigmática organización con sede en Washington D.C. , decidida a rechazar a Hugo Chávez, un ex político con conexiones empresariales y un gran esfuerzo por desacreditar a Zelaya y a la compañía estatal de telecomunicaciones hondureña. ¿Qué significa? No hay una prueba concreta que demuestre la participación de EE.UU. en el golpe. Pero, si se consideran en conjunto, estas historias sugieren esfuerzos de desestabilización de ciertos elementos en EE.UU. – no el gobierno de EE.UU., pero la extrema derecha más aliada a Bush y McCain. Tal vez si los medios dominantes pudieran apartase de Michael Jackson y Sarah Palin, podríamos obtener una visión más completa de las tensiones políticas entre Washington y el gobierno de Zelaya.
Nikolas Kozloff es autor de “Revolution! South America and the Rise of the New Left” (Palgrave-Macmillan, 2008)
Traducido por: Sergio Alejandro
› Tomado de Counterpounch
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