El cadáver conocido como Organización de Estados Americanos (OEA) mostró una señal de posible nueva vida con su voto contra el golpe en Honduras, pero atrás de eso hay un intento de Washington por ocultar su propio papel en el golpe y usar a la OEA como arma en una solución “negociada” o aun armada, estilo Haití, en 2004, o Santo Domingo, en 1965. La posibilidad de otro escenario como aquéllos y aún más peligroso existe ahora, porque la fuerza militar estadunidense es tanto mayor que cualquier resistencia civil-militar insurreccionista o guerrillera hondureña que se puede imaginar, hasta ahora por lo menos.
Mientras, los gorilas de Honduras consolidan su poder sobre el terreno y los movimientos sociales hondureños resisten pacífica y heroicamente. En el resto de Nuestra América las fuerzas de la derecha, apoyadas económica y militarmente por la administración de Obama, están tratando de derrocar el Alba y a sus gobiernos, sobre todo Venezuela.
Es un deber moral y una necesidad política que los otros gobiernos latinoamericanos y del mundo, comenzando con los más progresistas, remuevan del poder a los golpistas, los lleven a la justicia y restituyan el presidente democráticamente elegido, Manuel Zelaya. Para el gobierno de Barack Obama, es el momento de la verdad.› Leer Más
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