Existen varias versiones que intentan explicar el origen del nombre del hermano país centroamericano de Honduras. Una de las más divulgada, se refiere a las palabras que pronunciara el “Virrey y Almirante de las Indias Cristóbal Colon”, cuando en su cuarto viaje llegó a las costas de Centroamérica, y en lo que es hoy la parte norte del país, sufrió los embates de un poderoso huracán.
La pericia del probado navegante impidió que un embravecido mar engullera en sus entrañas las endebles naves del Almirante. Se cuenta que solo después de sentirse a salvo, Cristóbal Colón sentenció:” Gracias a Dios que salimos de estas honduras”.
Con certeza no se puede afirmar categóricamente que este evento haya propiciado el nombre del hermano país centroamericano, pero a más de 500 años de aquel episodio, el nombre de Honduras vuelve asociarse a los embates de un poderoso huracán, con la salvedad de que ahora no se trata de suceso meteorológico, sino de un huracán protagonizado por un pueblo que se resiste a perder al presidente elegido democráticamente por sus votos.
Fue el papa Silvestre I, quien ejerció su pontificado entre los años 314 y 335, el primero en denominar dominicus al séptimo día de la semana, por ser el "día consagrado al Señor" (Dominus).
El domingo 28 de junio del 2009, no fue precisamente un día consagrado al señor, ese día se produjo un golpe de estado perpetrado por la rancia oligarquia hondureña contra el presidente legítimo Manuel Zelaya.
Han transcurrido siete días del golpe de estado contra el presidente Manuel Zelaya, único presidente legitimo reconocido por amplios sectores de su pueblo y la comunidad internacional. Hoy el pueblo se ha volcado a las calles a esperar el regreso de su mandatario, hoy el pueblo de Honduras, sin miedos, con el poder de la razón y las ideas, protagoniza un Domingo de Insurrección, único tributo posible para la resurrección de la democracia en Honduras.
Con certeza no se puede afirmar categóricamente que este evento haya propiciado el nombre del hermano país centroamericano, pero a más de 500 años de aquel episodio, el nombre de Honduras vuelve asociarse a los embates de un poderoso huracán, con la salvedad de que ahora no se trata de suceso meteorológico, sino de un huracán protagonizado por un pueblo que se resiste a perder al presidente elegido democráticamente por sus votos.
Fue el papa Silvestre I, quien ejerció su pontificado entre los años 314 y 335, el primero en denominar dominicus al séptimo día de la semana, por ser el "día consagrado al Señor" (Dominus).
El domingo 28 de junio del 2009, no fue precisamente un día consagrado al señor, ese día se produjo un golpe de estado perpetrado por la rancia oligarquia hondureña contra el presidente legítimo Manuel Zelaya.
Han transcurrido siete días del golpe de estado contra el presidente Manuel Zelaya, único presidente legitimo reconocido por amplios sectores de su pueblo y la comunidad internacional. Hoy el pueblo se ha volcado a las calles a esperar el regreso de su mandatario, hoy el pueblo de Honduras, sin miedos, con el poder de la razón y las ideas, protagoniza un Domingo de Insurrección, único tributo posible para la resurrección de la democracia en Honduras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario