Por M. H. Lagarde
Goriletti acaba de denunciar la presunta amenaza que podría significar que en el cualquier momento tropas de Nicaragua podrían franquear la frontera con Honduras.
En conferencia de prensa, convocada a pocas horas del posible arribo del presidente Manuel Zelaya a Honduras, Gorilleti dijo que las supuestas tropas nicaragüenses probablemente actuaban por su cuenta y a espalda del mando de sus comandantes.
El fascista hondureño, en tono de victima y sin los rugidos del gorila de que ha hecho alarde en los actos públicos en que ha comparecido en los últimos días, hizo, con su habitual cinismo, un llamado al gobierno y al hermano pueblo de Nicaragua para mantener la paz.
La fábula del fascista de facto coincide con la denuncia que realizara ayer por la noche en la OEA el embajador de Nicaragua donde dijo que los golpistas tenían preparado un plan macabro que consistía en culpar a Nicaragua, Cuba y Venezuela de agredir a Honduras.
Evidentemente, la jugada de los golpistas ante el regreso a Honduras del presidente constitucional José Manuel Zelaya, parece ser la de crear un enfrentamiento militar regional, probablemente a través de un auto ataque o de una agresión por parte de fuerzas hondureñas a Nicaragua u otro país de la región.
Un escenario de este tipo le permitiría a los golpistas apelar al nacionalismo de aquella parte del pueblo hondureño al que se le ha mantenido desinformado gracias al férreo cerco mediático, asi como desviar la atención de la opinión pública del significado del regreso de Zelaya a Honduras y, por tanto, ganar tiempo de permanencia en el poder.
Los golpistas, evidentemente, no solo han dado muestra de una brutal falta de imaginación al encabezar y organizar un golpe militar casi calcado al ocurrido en Venezuela en abril de 2002, sino que, además, ahora pretenden buscar una solución a la crisis interna que recuerda la fórmula practicada por las dictaduras argentinas que generó el conflicto de las Malvinas. El toque diferente que pudiera tener el guión que sigue Goriletti pudiera ser el de implicar en la crisis a otro país (Nicaragua) perteneciente a la ALBA.
Como dijo la presidenta de argentina en la reunión de la ONU el sábado por la noche el ataque no es solamente Honduras. "Tal vez sea una estrategia más fina y profunda, que no sólo involucra a quienes en su país quieren seguir con un modo de redistribución del ingreso, etcétera. Creo que se intenta frustrar una política diferente para el conjunto de todos los países que conformamos la América".
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