Por M. H. Lagarde
Una estatua del Che Guevara colocada en el Parque Central de New York al parecer ha asustado a un grupo de diez legisladores norteamericanos, quienes han instado en una carta al alcalde de esa ciudad, Michael Bloomberg, para que la retire de inmediato de la entrada de la Quinta Avenida y la Calle 60.
Encabezados por Dan Burton, uno de los creadores de la Ley Helms-Burton, los asustadizos representantes aseguran en su misiva que el Che Guevara abrazó "las políticas totalitarias y represivas de la Unión Soviética'' y amenazó en una ocasión con disparar armas nucleares contra Nueva York.
Entre los que temen que la estatua termine dando un golpe de estado en la llamada capital del mundo se encuentran algunos del team de la mafia de Miami como la loba feroz, Ileana Ros-Lehtinen y Mario Díaz-Balart.
El peligroso Che que amenaza la seguridad de los newyorkinos fue creado por el artista alemán Christian Jankowski, y forma parte de una exposición organizada por la Public Art Fund que se inauguró en noviembre y debe permanecer en el parque hasta el 27 de mayo.
La estatua es una de las tres piezas artísticas que "no son monumentos a figuras históricas, sino que combinan características reales e imaginarias'' , dijo Gabby Fisher, portavoz de la muestra.
Y agregó: "El objetivo de Public Art es crear diálogo''.
Pero los representantes de la mayor democracia del mundo eso es precisamente lo que no desean, tener ningún tipo de diálogo.
Una vez más la realidad imita al arte. La insensata posición de los reaccionarios legisladores yanquis evoca aquellos certeros versos de Guillén:
Con sus dientes de júbilo
Norteamérica ríe. Más de pronto
revuélvese en su lecho
Una estatua del Che Guevara colocada en el Parque Central de New York al parecer ha asustado a un grupo de diez legisladores norteamericanos, quienes han instado en una carta al alcalde de esa ciudad, Michael Bloomberg, para que la retire de inmediato de la entrada de la Quinta Avenida y la Calle 60.
Encabezados por Dan Burton, uno de los creadores de la Ley Helms-Burton, los asustadizos representantes aseguran en su misiva que el Che Guevara abrazó "las políticas totalitarias y represivas de la Unión Soviética'' y amenazó en una ocasión con disparar armas nucleares contra Nueva York.
Entre los que temen que la estatua termine dando un golpe de estado en la llamada capital del mundo se encuentran algunos del team de la mafia de Miami como la loba feroz, Ileana Ros-Lehtinen y Mario Díaz-Balart.
El peligroso Che que amenaza la seguridad de los newyorkinos fue creado por el artista alemán Christian Jankowski, y forma parte de una exposición organizada por la Public Art Fund que se inauguró en noviembre y debe permanecer en el parque hasta el 27 de mayo.
La estatua es una de las tres piezas artísticas que "no son monumentos a figuras históricas, sino que combinan características reales e imaginarias'' , dijo Gabby Fisher, portavoz de la muestra.
Y agregó: "El objetivo de Public Art es crear diálogo''.
Pero los representantes de la mayor democracia del mundo eso es precisamente lo que no desean, tener ningún tipo de diálogo.
Una vez más la realidad imita al arte. La insensata posición de los reaccionarios legisladores yanquis evoca aquellos certeros versos de Guillén:
Con sus dientes de júbilo
Norteamérica ríe. Más de pronto
revuélvese en su lecho
de dólares. Se le cuaja
la risa en una máscara,
y tu gran cuerpo de metal
sube, se disemina
en las guerrillas, como tábanos,
y tu ancho nombre herido por soldados
ilumina la noche americana
como una estrella súbita, caída
en medio de una orgía.
Tú lo sabias, Guevara,
pero no lo dijiste por modestia,
por no hablar de ti mismo.
Che Comandante,amigo
(...)
Estás en todas partes. En el indio
hecho de sueño y cobre. Y en el negro
revuelto en espumosa muchedumbre,
y en el ser petrolero y salitrero,
y en el terrible desamparo
de la banana, y en la gran pampa de las pieles,
y en el azúcar y en la sal y en los cafetos,
tú, móvil estatua de tu sangre como te derribaron,
vivo, como no te querían,
Che Comandante,
amigo.
la risa en una máscara,
y tu gran cuerpo de metal
sube, se disemina
en las guerrillas, como tábanos,
y tu ancho nombre herido por soldados
ilumina la noche americana
como una estrella súbita, caída
en medio de una orgía.
Tú lo sabias, Guevara,
pero no lo dijiste por modestia,
por no hablar de ti mismo.
Che Comandante,amigo
(...)
Estás en todas partes. En el indio
hecho de sueño y cobre. Y en el negro
revuelto en espumosa muchedumbre,
y en el ser petrolero y salitrero,
y en el terrible desamparo
de la banana, y en la gran pampa de las pieles,
y en el azúcar y en la sal y en los cafetos,
tú, móvil estatua de tu sangre como te derribaron,
vivo, como no te querían,
Che Comandante,
amigo.
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