El último de los cubanos sobrevivientes de la masacre de Guernika, ha dejado plasmados sus testimonios en un libro que se encuentra en proceso de edición por la editora Mecenas de la provincia de Cienfuegos.
Jorge Elguezabal Martínez vivió, con 11 años,los horrores perpretados por el fascismo en esa ciudad española, aquel 26 de abril de 1937, hace 72 años, cuando las bombas fascistas arrasaron la legendaria Guernika.
Además de sus recuerdos el libro contiene ilustraciones, fotografías y dibujos, los cuales aportan una idea más real de lo acontecido en esa urbe. Ahora con 83 años, este cienfueguero cuenta que en aquella localidad vivían unas 40 mil personas, entre estos su familia compuesta por la madre, dos hermanos mayores y él, todos en visita a los parientes residentes allí.
Ese día era tradición efectuar la feria del mercado en la Plaza por ello muchos productores llevaban sus ofertas y los jóvenes iban a bailar, así había una gran concentración de pueblo cuando los alemanes comienzan a atacar.
Tras la primera bomba, la familia Elguezabal Martínez se guareció en los abrigos ubicados en el Paseo de los Arcos, donde se conglomeraron unas 700 personas, entonces comenzó a faltar el aire, el agua a penetrar en el refugio, a ello se unía los gritos de los heridos, y las personas destrozadas que encontraron por doquier.
Asegura el autor que la Guernika vivida por él, y pintada por Picasso en su lienzo, hoy se repite en las ciudades palestinas, afganas e iraquíes, por lo cual, le parece válido todo esfuerzo por terminar la guerra.
Jorge Elguezabal Martínez vivió, con 11 años,los horrores perpretados por el fascismo en esa ciudad española, aquel 26 de abril de 1937, hace 72 años, cuando las bombas fascistas arrasaron la legendaria Guernika.
Además de sus recuerdos el libro contiene ilustraciones, fotografías y dibujos, los cuales aportan una idea más real de lo acontecido en esa urbe. Ahora con 83 años, este cienfueguero cuenta que en aquella localidad vivían unas 40 mil personas, entre estos su familia compuesta por la madre, dos hermanos mayores y él, todos en visita a los parientes residentes allí.
Ese día era tradición efectuar la feria del mercado en la Plaza por ello muchos productores llevaban sus ofertas y los jóvenes iban a bailar, así había una gran concentración de pueblo cuando los alemanes comienzan a atacar.
Tras la primera bomba, la familia Elguezabal Martínez se guareció en los abrigos ubicados en el Paseo de los Arcos, donde se conglomeraron unas 700 personas, entonces comenzó a faltar el aire, el agua a penetrar en el refugio, a ello se unía los gritos de los heridos, y las personas destrozadas que encontraron por doquier.
Asegura el autor que la Guernika vivida por él, y pintada por Picasso en su lienzo, hoy se repite en las ciudades palestinas, afganas e iraquíes, por lo cual, le parece válido todo esfuerzo por terminar la guerra.
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