La capacidad de resistir y defender sus conquistas de justicia social demostrada por Cuba ante el recrudecimiento del bloqueo y la hostilidad de Estados Unidos evidenció que la hegemonía de éste podía ser desafiada exitosamente en las condiciones de la unipolaridad y de una ideología dominante que proclamaba eternos las políticas neoliberales y el llamado pensamiento único. Pese a la ofensiva cultural y el barraje mediático neoconservadores los pueblos pudieron percibir que la llama cubana de rebeldía seguía ardiendo. No obstante las deserciones y la gran confusión ideológica que aquejaban al campo revolucionario y popular, ello ejerció un enorme estímulo entre quienes mantuvieron la voluntad de lucha en los cuatro puntos cardinales, despertó la de otros e hizo que se mantuviera viva la solidaridad con el pueblo de la isla. Leer más
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