Por M. H. Lagarde
De acuerdo con la serie de denuncias que desde hace varias semanas transmite la televisión cubana bajo el título de las Razones de Cuba, además de la Fundación Pontis, otras organizaciones y ONG, que les sirven de tapadera a la CIA, se dan el lujo de malgastar el dinero del contribuyente norteamericano en el infructuoso intento de provocar un cambio en la Isla a favor de los intereses del gobierno de Washington.
Una de esas “instituciones” es la Fundación Panamericana para el Desarrollo (FUPAD), una organización donde la CIA, el gobierno norteamericano y el gran capital se dan la mano a la hora de financiar la contrarrevolución en Cuba, especialmente a través de la USAID.
Varios investigadores aseguran que la FUPAD, "creada en 1962 en Estados Unidos mediante un acuerdo único de cooperación entre la Organización de Estados Americanos (OEA) y el sector privado", recibe fondos de una extensa lista de instituciones, organizaciones y empresas monopólicas entre las que figuran la USAID, el Banco Mundial, Chevron Corporation, Citigroup, The Hampshire Foundation y Phillip Morris Internacional.
Según el sitio web Cuba Money Proyect la FUPAD se ha visto beneficiada en más de una ocasión por los fondos que la USAID destina a financiar la llamada disidencia cubana.
En el año 2007, de un total de 13.3 millones de dólares distribuidos por la USAID, la FUPAD firmó un contrato por 2.3 millones de dólares para apoyar a la contrarrevolución interna en Cuba; y en el 2009, de un presupuesto asignado de 15 620 000 millones de dólares, la FUPAD recibió 3 millones de dólares mediante la firma de dos contratos para similares fines desestabilizadores en la Isla. Uno de ellos, de 2 millones de dólares y el otro de un millón.
EL AGENTE MARC WACHTENHEIN
En el caso cubano, la organización que en el 2009 también tomó parte la legitimización de las “elecciones” del gobierno golpista impuesto por Estados Unidos en Honduras, ha actuado a través de agentes como el peruano-norteamericano Marc Wachtenheim.
El exdirector de la Iniciativa de Desarrollo para Cuba de dicha fundación, Marc Wachtenheim, ha tenido una amplia participación en ejecutar acciones contra la revolución cubana y en varias ocasiones ha visitado Cuba con el objetivo de facilitar y asegurar la entrega de apoyo material y financiero a miembros de la contrarrevolución interna, así como obtener información sobre diversos aspectos de la realidad cubana.
Violando las propias leyes norteamericanas establecidas por el criminal bloqueo que desde hace medio siglo Estados Unidos le impone a la Isla, Wachtenheim visitó Cuba en cinco veces entre el 2002 y el 2009, y en cuatro de esas oportunidades utilizó visa de turista.
En junio de 2002, el ex empleado de la FUPAD, justificó su arribo a Cuba procedente de Jamaica como turismo individual. Otro tanto hizo en el Febrero 2004 y cinco años después, en febrero 2009 y noviembre de ese mismo año, procedente todas las veces de México.
Entre las principales misiones de este personaje, se encontraba la de hacerle llegar a la contrarrevolución cubana tecnología de punta como blackberries, laptops, Bgan y otros insumos tecnológicos, destinados ser utilizados en acciones subversivas contra la Revolución cubana.
De acuerdo con la denuncia realizada por el escritor cubano Raúl Capote, reclutado por la CIA pero, en realidad agente de la Seguridad del Estado cubano, en el capítulo de Las Razones de Cuba "Fabricando un líder, el equipamiento introducido en Cuba por los emisarios de Marc Wachtenhein estaba destinado a utilizarse en labores de espionaje a favor del gobierno de Estados Unidos.
EL NEGOCIO DE LA LIBERTAD Y LA DEMOCRACIA
Después de renunciar, por problemas financieros, a su cargo en la FUPAD, Marc Wachtenheim, actualmente preside el Center for Advacement of Freedom and Democracy, organización creada por él mismo y que supuestamente tiene objetivo similares a los de la FUPAD: “promover la libertad y la democracia en América Latina”, lo que, como todo el mundo sabe, equivale a oponerse a cuanto movimiento exista en la región que no responda a los intereses norteamericanos, como es el caso de los gobiernos progresistas de Venezuela, Ecuador, Bolivia y Cuba.
Los métodos utilizados por el ex empleado de la FUPAD, en su supuesta cruzada a favor de “la libertad y la democracia”, no dejan dudas de su relación con servicios de inteligencia como la CIA. De igual modo, tampoco ya casi nadie duda que fundaciones como la checa Pontis, la FUPAD o el propio Center for Advacement of Freedom and Democracy dilapidan a mansalva, en el inútil intento de derrocar a la Revolución cubana, el dinero de los contribuyentes norteamericanos.
Como afirmó hace poco el influyente jefe de la comisión de Relaciones Exteriores del Senado estadounidense, John Kerry, sobre los últimos 20 millones de dólares presupuestados por la USAID para promover la democracia en Cuba: "No hay evidencia de que los 'programas de promoción de la democracia', que costaron al contribuyente estadounidense más de 150 millones de dólares hasta la fecha, ayuden al pueblo cubano".
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