martes, 29 de diciembre de 2009

La luz de Cuba tiene que seguir incandescente

En el mundo capitalista, pese a la guerra mediática contra Cuba, existen muchos hombres y mujeres, que sin identificarse ideológicamente con el proceso revolucionario cubano, sienten verdadera admiración y respeto por la lucha del pueblo cubano y su desarrollo integral. Muchos de estos admiradores desconocen los entuertos insulares y la intríngulis revolucionaria en Cuba y por ello, son proclives a delimitar la continuación del proceso revolucionario a los años de vida del Comandante en Jefe Fidel Castro, en particular, y en general, a la generación de cubanos de la vieja guardia revolucionaria.
Quienes piensan así, obviamente se preguntan:¿Qué pasará después de su muerte? ¿Se desmoronará la revolución como un castillo de naipes? ¿Será el pueblo cubano capaz de resitir las agresiones futuras del imperialismo norteamericano? ¿Se dejará seducir el pueblo cubano con las tentaciones materiales del capitalismo?¿Podrá el hombre nuevo en Cuba impedir que la revolución se derrumbe? ¿Existe el hombre nuevo en Cuba? ¿O se trata más bien, de una construcción teórica, utópica, romántica y anacrónica? ¿Un artilugio ideológico?
Ahora bien, desde la lejanía y con el romanticismo ancestral revolucionario heredado, viendo vía satélite un documental de Cubavisión Internacional donde una jóven mulata ensayaba al violín el concierto opus 61 de Beethoven en un solar de la Habana entre sábanas blancas tendidas al sol y un auditorio informal de hombres, mujeres y niños del barrio, pienso en la América pobre, mestiza, india, cobriza y negra que bien conozco, entonces confirmo, una vez más, mis fundadas sospechas que en la mayor de las islas del Caribe existe una sociedad nueva y distinta al resto. De lo contrario, difícil sería explicar la existencia misma de la revolución, sus éxitos, sus logros y avances en todos las esferas de la sociedad, en un marco de condiciones geopolíticas y económicas adversas impuestas por el imperialismo norteamericano. Una sociedad de “viejo estilo” no resistiría por mucho tiempo el embate violento del imperialismo.
El resultado concluyente de análisis superficiales, caústicos, capciosos y tendenciosos de muchos medios de comunicación, organizaciones internacionales y la mafia de Miami invita a pensar que los cubanos estarían solo a la espera de la Hora Cero, dado que en Cuba “todo va de mal en peor”. Para su disgusto y desengaño, la vida en Cuba continua su curso normal y el Comandante recupera su salúd cada día que pasa. ¡Nunc est bibendum Fidel ! › Leer Más

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