lunes, 14 de marzo de 2016

Quienes amen más a Cuba




Por: Daína Caballero Trujillo

“Solo el que desconozca nuestro país, o las leyes de formación y agrupación de los pueblos, puede pensar honradamente en que el anexionismo es la solución: o aquel que ame a los Estados Unidos más que a Cuba”.
José Martí

La sociedad cubana, su gente, recorre hoy un camino nuevo, transgresor pero sin dudas intrincado. La trayectoria por este camino deberá ser cautelosa para que los siempre falsos cantos de sirenas no nos encandilen, arrastren y conviertan en traidores de nosotros mismos.
El presidente Obama llegará a Cuba en solo unos días, los cubanos lo esperan con infinita expectativa, deseosos de mostrarle Cuba, la auténtica, la soberana.
Lastimosamente su visita es corta. Y sí sería bueno que contemplara en su recorrido la sugerencia que le hicieran algunos "amigos" y se adentrara en "las verdaderas entrañas del Cerro, La Lisa, San Miguel del Padrón, las maltrechas calles en todos los municipios del país, La Víbora, La Palma, El Cotorro, Palo Cagao o Cocosolo" porque es ahí donde se respira la verdad de Cuba, se saborea las esencias de los cubanos, con sus heterogeneidades y contradicciones.
Es ahí donde se pueden tocar los rezagos de una sociedad que ha vivido bajo un inhumano bloqueo económico durante más de 50 años pero que no se ha ahogado de ninguna manera y lucha por crecer. Es en esos lugares donde el orgullo del pueblo cubano por su tierra, por su historia —a pesar de las evidentes necesidades— lo puede estremecer. Definitivamente 48 horas no bastan para conocer Cuba.
No se deje engañar Señor Presidente por los resentidos, incapaces de vivir con su verdad, por aquellos que solo buscan beneficios individuales escudándose detrás de elocuentes palabras que expresan lo que ellos suponen usted querría escuchar. Por esos que han “materializado” su existencia, que han perdido la dignidad o que tal vez nunca la concibieron. Aquellos que “preocupados” por el futuro de Cuba, le suplican que convierta la Base Naval enclavada en la provincia de Guantánamo —a la que denominan como “el único retazo de su tierra “libre”— en una zona comercial; no reclaman ni una escuela, ni un hospital..., sino “que haya IKEA, Home Depots, Costcos, Palacios de los Juegos, teatros, museos, cines, muchas tiendas y variados comercios” pero que sea suya Señor Obama y no de los cubanos. Traición es una palabra delicada para entender estos deseos.
No nos dejemos engañar, no permitamos que en los actuales momentos algunos que ya son marionetas pretendan que el otrora anexionismo reverdezca; descubramos sus verdaderas pretensiones, esas que escondidas en peticiones de avances, transformaciones, prosperidad, pretenden devolver a Cuba a la Enmienda Platt.
Crea y convénzase, Presidente Barack Obama, de que los cubanos, los de verdad, le pedirían un cambio, sí, nos es muy necesario, y sí, sabemos que usted puede cambiar muchas cosas, puede contribuir a que el desarrollo económico de nuestro país crezca sin bloqueos y a la posibilidad de una emigración segura; puede devolverle a los cubanos lo que por derecho les pertenece, ese pedazo de tierra que hoy no es libre. Tenga la seguridad de que quienes amen más a Cuba no lo admirarán por sus promesas sino por sus acciones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario