Yoani Sánchez arremete con odio, con furia, contra el inicio del
curso escolar en las universidades cubanas. Silencia que ella, asalariada al
servicio de una potencia extranjera, es madre de un joven que ingresó este año
en una de las universidades de la capital.
No es el momento de recordarle a sus lectores, sus pedidos a
los gobernantes de la Casa Blanca para que arrecien el bloqueo genocida contra
su pueblo, para que se prive al sistema de enseñanza superior de los
imprescindibles recursos que aseguran el proceso docente
educativo.
A pesar de los pesares, ella sabe que su hijo Teo no deberá
temer a una bala perdida, eso no pasa en las universidades cubanas. Ella, a
pesar de todo, está tranquila, sabe que Teo no estará expuesto a la droga; en
las universidades cubanas se estudia, no hay drogas. La acaudalada
contrarrevolucionaria, está contenta, sabe que no le será necesario disponer de
los miles de dólares que recibe anualmente por denigrar de su país, para pagar
los estudios de su hijo, porque algo que oculta con malévola intención a sus
lectores, es que los estudios universitarios de Teo, no le costarán un centavo.
Hemos citado el nombre de Teo obligado por las
circunstancias. Confiamos que el joven pueda alcanzar sus sueños
universitarios, sueños que la Revolución le pone en sus manos, a pesar de que
existan personas que trabajen por hacer realidad las pesadillas.
A pesar de los pesares, lo que realmente le duele a Yoani,
es que Cuba Va ¿Usted lo duda?
No hay comentarios:
Publicar un comentario