Por M. H. Lagarde
La mercenaria Yoani Sánchez, ahora con un nuevo look: bañada, peinada y maquillada -¿pensarán lanzarla también como top model?- acaba de reunirse en Madrid con el ex presidente español, José María Aznar quien, según las agencias de prensa, le trasladó a la bloguera su compromiso permanente con la libertad de Cuba.
El compromiso de Aznar con la libertad de la Isla es tan "permanente" que se remonta a la primera guerra de independencia de Cuba, en el siglo XIX, cuando su abuelo, miembro del ejército español, protagonizó el "valiente" acto de arrastrar -después de muerto-, atado a su caballo, el cadáver del Mayor General de Ejército Libertador, Ignacio Agramonte, probablemente el más demócrata de todos los independendistas cubanos.
Durante el encuentro, el actual presidente de FAES, otra tapadera Made in USA para justificar la política exterior de Estados Unidos en el mundo, ha celebrado la valentía de la disidente cubana.
La verdad es que mucho valor, o por lo menos mucha cara -maquillada o no-, hay que tener para posar junto a uno de los tres criminales de las Azores, el enano alcahuete que, junto a los contrahechos del norte, desató en el 2003 la prolongada masacre que presuntamente, algún día, llevaría la democracia a Irak.
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