Para sorpresa de todos, René llamó por teléfono y, al llegar mi turno de hablarle, me recordó entre risas cuando años atrás, en una entrevista de CNN, yo comentaba sobre Educación Sexual en Cuba y un set lleno de imágenes reclamaba la libertad de Los Cinco. Para él fue muy divertido cuando la entrevista irrumpió en su celda y se percató de que la cámara se esforzaba cerrando el plano para impedir, que fuesen vistas, pero resultó infructuoso. Los rostros de los Cinco me acompañaron durante toda la entrevista.
René tiene una manera de comunicarse que parece que no ha sufrido; y no quiero imaginar cómo ha podido sobrevivir en estos 14 años. Quise conocerlo cuando vino a despedirse de su hermano gravemente enfermo, en esos 15 días llenos de restricciones y una mezcla de fuertes emociones; pero preferí respetar su anhelada privacidad familiar. Si fuese Olguita, no le perdonaría a nadie interrumpir las pocas horas de su intenso reencuentro amoroso, después de tantos años.
Pocos minutos después, llamó Gerardo y apenas le pude hablar. Me dediqué a escucharlo con un nudo en la garganta. Pensar en dos cadenas perpetuas y 15 años de prisión, sin evidencias para la sentencia, se hace muy difícil. Pero su fortaleza de espíritu es contagiosa y escuché su mensaje de esperanza, su agradecimiento a todas las personas que los apoyan, su saludo a profesionales y activistas, que junto al CENESEX hemos dedicado ya dos Jornadas Cubanas contra la Homofobia para pedirle al presidente Obama la libertad de Los Cinco.
Tanto René como Gerardo me pidieron transmitir a Fidel y a Raúl su disposición permanente a defender la Revolución, donde quiera que se encuentren, y que nuestro pueblo puede contar siempre con ellos.
La situación de Los Cinco cubanos presos injustamente en cárceles estadounidenses hace más de 13 años ha sido silenciada y manipulada por los medios de comunicación de los Estados Unidos. Durante mi viaje a ese país, abordé el temaen CNN y Democracy Now!, como parte de entrevistas solicitadas por esos medios para tratar los temas que trabajo. Pero, inevitablemente, los medios me hacen preguntas políticas sobre la realidad de la Isla, como si ser la hija del Presidente fuese un encargo público. Aunque siempre respondo lo que pienso, me niego a aceptar una responsabilidad adicional a las que ya tengo como directora del CENESEX, como ciudadana cubana y como activista de la sociedad civil. Por eso aclaro que me encanta mi papá, pero hablo desde mi responsabilidad personal, y agradezco la oportunidad que me dan para expresarme.
En las conversaciones que sostuve con estos dos medios, reiteré que Los Cinco son inocentes y deben regresar a Cuba sin dilación. Estaban en esa tierra para proteger a la población cubana y estadounidense de actos terroristas que connotados grupos del Sur de la Florida han planificado y ejecutado contra mi país, no solo en territorio cubano sino también en los Estados Unidos y en otras naciones. También dije que el terrorismo de estado ha cobrado al pueblo de Cuba más de 5 mil víctimas entre fallecidos y lesionados permanentes. El trabajo realizado por Los Cinco en Miami impidió que fuesen más.
Recientemente, leí en Cubadebate que surgieron evidencias desconocidas en el momento deljuicio de Los Cinco, y que los abogados de Gerardo Hernández (Tom Goldstein y Martin Garbus) presentaron una moción al tribunal del Distrito Sur de la Florida, en la que solicitan una audiencia oral y que la Corte ordene a ese gobierno entregar los documentos y otros materiales que obran en su poder.
De prosperar esta petición, la opinión pública mundial tendría la oportunidad de conocer sobre los pagos realizados por el gobierno estadounidense en Miami a 84 personas vinculadas a los medios, 7 cadenas de TV y 13 estaciones de radio, que durante el juicio contra Los Cinco desarrollaron una poderosa campaña mediática para influir en su contra.
Se sabe que estos periodistas han recibido miles de dólares y que todavía usan un leguaje tendencioso y manipulador, con una escandalosa falta de rigor ético y profesional en el campo de la Comunicación Social, y que ha impactado negativamente en el esclarecimiento de la verdad durante un proceso legal que ha privado de su libertad, por casi 14 años, a cinco personas inocentes.
A mí me sorprendió que el tribunal de Miami desestimara las declaracionespresentadas por testigos del Pentágono y del FBI, cuando aseguraron que no existen evidencias de que René, Ramón, Gerardo, Fernando y Tony realizaran labores de espionaje contra el gobierno de los Estados Unidos, ni que sus acciones pusieran en peligro la seguridad nacional de ese poderoso país.
Recuerdo con mucho dolor los 17 meses que, sin ninguna razón para tanto castigo, permanecieron estos jóvenes en “el hueco” junto a una larga lista de violaciones a sus derechos como convictos. No puedo imaginar el martirio de Gerardo Hernández cuando recibió la noticia de la enfermedad y posterior fallecimiento de su madre. De acuerdo con las leyes norteamericanas, a él, en su condición de recluso, no se le puede conceder la posibilidad de despedirse de sus seres queridos.
No me cansaré de reclamar el fin de esta larga injusticia. El pueblo de Cuba no abandona a sus hermanos y mucho menos a sus héroes. Ellos han consagrado sus libertades por las nuestras.
Tomado de El Blog de Mariela Castro
Tomado de El Blog de Mariela Castro
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