martes, 12 de julio de 2011

La Pregunta de Hatuey

El espectáculo había sido anunciado con antelación. Reina Luisa Tamayo testificaría en Washington sobre la muerte de su hijo Orlando Zapata, quien falleciera en febrero de 2010 en un hospital de la Habana, como resultado de  las complicaciones clínicas de una inanición voluntaria. 
Resultó significativo para no pocas personas, que a escasas horas de su viaje a la capital del imperio, un despacho cablegráfico revelara el desasosiego que embargaba a Reina Luisa,  "apesadumbrada  porque la ayuda que ha estado recibiendo desde que llegó a Estados Unidos se está "agotando" y actualmente ninguno de los familiares tiene trabajo para garantizar el sustento en los próximos meses". 
Fue sin lugar a dudas una jugada maestra de quienes asesoran a Reina Luisa, el mensaje era claro, quienes aspiren a utilizar mis servicios, deberán cumplir con sus promesas de pago, dejaba a entrever el "lamento de Reina".
Sentadas estas premisas  públicamente por Reina Luisa Tamayo, el en día de hoy, prestó el testimonio que la mafia cubanoamericana le había preparado para la ocasión. Entre las palabras por ella pronunciadas, no podía faltar el apoyo a la política de bloqueo económico: "El embargo no se le puede quitar a los Castro, lo tenemos que doblar".
¿No resulta paradójico  que se exija respeto a los derechos humanos y se invoque arreciar una política genocida contra todo un pueblo? ¿Reclamará Reina Luisa el bloqueo  de las subvenciones económicas para quienes en Cuba se prestan al juego de los empresarios de la "industria del anticastrismo"?.

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