sábado, 23 de julio de 2011
EE.UU: Ciberguerra, piratería y otras especies
Por Deisy Francis Mexidor *
Casi al mismo tiempo que el Departamento de Defensa de Estados Unidos anuncia un amplio plan de ciberseguridad, se reporta en ese país un incremento de ataques de piratas informáticos que han puesto en evidencia la vulnerabilidad de sus redes.
Parece una broma de mal gusto, pero mientras más se habla últimamente sobre el tema, los llamados hackers por "pura diversión", como ellos dicen, se apropian de las llaves para entrar a los sitios de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), el Senado, la librería en línea de la OTAN y hasta a programas del FBI.
El referido ciberplan se justificó ante la revelación de que unos 24 mil documentos del Pentágono fueron robados en marzo por ciberpiratas extranjeros que accedieron a la computadora de un contratista del Ejército estadounidense.
Parte de lo sustraído fue, ni más ni menos, de sus "sistemas más sensibles", donde constan "tecnologías de vigilancia, métodos de comunicaciones satelitales y protocolos de seguridad de la red".
Lo interesante es que en este plan de ciberseguridad, el Pentágono declara a Internet un dominio de guerra, según publicó la página electrónica The Hill.
Aunque el proyecto no explica cómo los militares utilizarán ese medio para ejecutar sus ataques ofensivos, lo que sí no dejan es lugar a dudas de que la disposición le confiere al espacio virtual el rango de un eventual campo de batalla, como son los escenarios convencionales de tierra, mar y aire.
Queda definido en esa ciberestrategia el uso de fuerza física para responder a un ataque a través de las redes de Internet, con una serie de condiciones, detalladas en conferencia de prensa por el subsecretario de Defensa, William Lynn.
Para el alto funcionario "si hay un daño generalizado, o la pérdida extendida de vidas humanas o un perjuicio económico significativo" el presidente consideraría "responder con los medios a su alcance: económicos, diplomáticos y, como último recurso, militares".
DE LO QUE HA SONADO
Algunos analistas de seguridad han tratado de minimizar la importancia de los diferentes ataques de los hackers.
Jeffrey Carr, autor del libro Inside Cyber Warfare: Mapping the Cyber Underworld (Dentro de la guerra cibernética: panorama del submundo cibernético), es del criterio de que los piratas informáticos, aunque quieran, no pueden llegar, por ejemplo, a datos sensibles de la CIA.
En febrero se reconoció que más de 100 servicios de inteligencia foráneos habían tratado de penetrar las redes informáticas del Departamento de Defensa y que por lo menos uno de estos ataques tuvo éxito, y consiguió hacerse con información clasificada.
Hace poco el diario The Washington Post reveló que un hacker accedió a 1,3 millones de direcciones de correos electrónicos y nombres usados en la sección de ofertas de trabajo de su web.
"Nos dimos cuenta rápido del ataque y cerramos de inmediato el sitio. El caso ahora está en las manos de las autoridades", señaló el periódico, al presentar sus excusas a los lectores.
El 16 de junio la CIA admitió que un grupo denominado Lulz Security atacó su página de Internet y la dejó fuera de servicio por unos minutos.
Durante ese lapso de tiempo no se pudo acceder al portal desde Nueva York a San Francisco (California) ni desde Bangalore (India) a Londres (Reino Unido).
Lulz Security también invadió los sitios electrónicos de Sony Corp, News Corp y el Sistema de Radiodifusión Pública estadounidense.
Además, se apropió de cientos de miles de números de tarjetas de crédito de un soporte en línea de Citigroup y el 4 de julio, mientras se festejaba el Día de la Independencia en Estados Unidos, los hackers vulneraron el Twitter de la sección política del canal Foxs News.
Los seguidores de la cuenta de esa cadena recibieron la falsa noticia del asesinato del presidente Barack Obama.
Pero el 18 de julio el conglomerado de Rupert Murdoch que, por estos días es centro de un escándalo por escuchas telefónicas, fue hackeado en los sitios de los periódicos The Sun y The Times, pertenecientes a ese imperio mediático.
Los piratas se las agenciaron para divulgar también una nota necrológica de mentira, en este caso referente al magnate Murdoch de quien dijeron fue encontrado muerto a causa de una sobredosis de droga.
Ya a finales de junio el Departamento de Seguridad Nacional dio a conocer un nuevo sistema de control sobre sus redes para evitar la entrada de intrusos.
Ese mecanismo incluyó una lista actualizada de los 25 errores de programación más frecuentes que permiten en la actualidad las agresiones más serias en este campo.
Durante tres años se desarrolló el proyecto, de acuerdo a la explicación de Robert A. Martin, ingeniero principal de una entidad no lucrativa que realiza investigaciones federales en sistemas. Todo indica que tampoco esta es la solución al problema.
EL INFORME FANTASMA
El 20 de mayo pasado se divulgó un demoledor estudio de la Oficina de Auditoría del Gobierno de Estados Unidos (U.S. Government Accountability Office, G.A.O.), brazo investigador y vigilante del Congreso, como se autotitula.
Los resultados del estudio le tiraron pajas al tema de la ciberseguridad, en especial al cibercomando que ordenó crear Obama en 2009, el cual fue calificado, palabras más o menos, de inepto.
La investigación fue reseñada en la página web de Cryptome, una organización que desde 1996 lleva publicados más de 50 mil documentos secretos o confidenciales y por la fecha, existía mucho antes que Wikileaks.
Dentro de las conclusiones de los expertos de la GAO está que al cibercomando, esa fuerza especial con más de 90 mil hombres sobre las computadoras, le falta mucho para responder a las expectativas de un gobierno que ha identificado los ciberataques como el mayor peligro a que se enfrenta hoy en día.
No obstante, cabe puntualizar que la paranoia ciberguerrerista en la era de las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones es más de un plan en desarrollo del Pentágono. En documentos de 2008 ya se aseguraba que Internet debía tratarse como "un sistema armamentista enemigo".
Leon Panetta, exdirector de la CIA y ahora secretario de Defensa, expresó ante el Senado que existe "una fuerte probabilidad de que el próximo Pearl Harbor" sea un ataque cibernético que eche abajo el poder de Washington, los sistemas financieros y de gobierno. La Casa Blanca ha creado las condiciones para enfrentar un presunto escenario virtual de guerra contra enemigos ciberespaciales de cualquier lugar del mundo y resulta que le nacen ciberpiratas "por simple diversión" que vienen a confirmar que pese a toda esa alharaca siguen siendo vulnerables.
* Periodista de la Redacción Norteamérica de Prensa Latina.
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