En Barcelona, 200 manifestantes se concentraron ante el consulado británico en la avenida Diagonal, con pancartas bajo inscripciones como La transparencia es una obligación, Los gobiernos son marionetas de los Estados Unidos o La democracia es una farsa.
Mientras los partidarios de Julian Assange, el fundador de Wikileaks, encarcelado desde el pasado martes en Londres, se movilizaron ayer en Europa y América Latina para pedir su liberación, el presidente de EEUU, Barack Obama, condenaba por primera vez las filtraciones del portal, que en noviembre empezó a difundir 250.000 cables confidenciales de la diplomacia estadounidense.
En una charla telefónica con Felipe Calderón, su homólogo mexicano, Obama calificó las filtraciones de Wikileaks de «acto deplorable». Y a continuación dijo que «estos actos irresponsables no deben distraer a nuestros países de nuestra importante cooperación», según un comunicado de la Casa Blanca.
Mientras, varias concentraciones en Barcelona, Madrid, Alicante, A Coruña, Sevilla, Valencia, Zaragoza y Málaga se sumaron a las convocadas simultáneamente ante las embajadas británicas de Argentina, México, Colombia y Perú, y también en Holanda y Brasil. En todas se leyó un comunicado en defensa de la libertad de expresión y contra las «acciones orquestadas» sobre Wikileaks.
En Barcelona, 200 manifestantes se concentraron ante el consulado británico en la avenida Diagonal, con pancartas bajo inscripciones como La transparencia es una obligación, Los gobiernos son marionetas de los Estados Unidos o La democracia es una farsa. Al igual que en otras ciudades, los promotores del acto leyeron un texto defendiendo la «transparencia» como «bien fundamental» de la democracia y pidieron un proceso judicial sobre «aquellos responsables que, si se demostrase la veracidad de los hechos, cometieron crímenes o graves delitos revelados por filtraciones publicadas en Wikileaks».
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