miércoles, 13 de octubre de 2010

Recordando a Mario Vargas: A propósito del Premio Nobel de Literatura

Esta negación explícita de otras realidades que no son las suyas, así como su papel de librar de responsabilidad al Estado peruano y a las Fuerzas Armadas en la masacre de Uchuraccay, están reñidas con su reputada imagen de paladín de la libertad. Y es que Vargas Llosa no es un defensor acérrimo de la libertad entendida como la capacidad de poder decidir. Es un denodado defensor de la libertad de las transnacionales. Para él, la libertad es sobre todo la libertad de invertir a costa de los pulmones de los mineros destrozados en los socavones de las empresas mineras, a costa de tierras arrasadas por el monocultivo y pesticidas impuestos por las multinacionales de las industrias alimenticias. Sobre todo en los últimos años, el novelista peruano se ha cuidado de no dejar la imagen de un filo fascista. Se ha pronunciado contra el racismo en Europa, contra el vil asalto de fuerzas israelitas a una fragata de solidaridad que pretendía hacer ingresar alimentos a Gaza este año o contra los decretos que recientemente ha intentado aprobar el gobierno de García Pérez en el Perú para garantizar la impunidad de militares y policías responsables de la desaparación y el asesinato de miles de peruanos en el marco de la lucha contrasubversiva. Pero el que pesa largamente es el Vargas Llosa que desde hace años despotrica contra Cuba, Castro, Chávez, Morales, Sendero Luminoso, las FARC, el Foro Social y contra todo aquello que huela mínimamente a proyecto revolucionario o social o incluso a derechos colectivos. Vargas Llosa propugnaba y propugna la “libertad individual”. Una libertad individual que no puede ejercer un obrero que recibe un sueldo miserable de la clase empresarial a la que Vargas Llosa apoya a capa y espada. Una libertad individual que no puede ejercer plenamente un campesino quechuahablante analfabeto, cuyas tierras comunales, que otrora eran inalienables, Vargas Llosa propugnaba dejar a merced de la pujanza de las transnacionales de los alimentos. Una libertad individual que no puede ser ejercida plenamente por millones de peruanos, víctimas del racismo de esas élites que Vargas Llosa defendía y sigue defendiendo. › Leer Más

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