martes, 20 de julio de 2010

Las Damas de Blanco y las marchas por el Verde

› Colgados de la brocha

Por M. H. Lagarde

Tras la liberación de varios de los mercenarios, de un grupo de 52 que deben ser liberados en un lapso de cuatro meses, cada vez se hace más evidente cuáles son las verdaderas motivaciones de la llamada disidencia cubana.
Si para sus empleadores de lo que se trata es desprestigiar el sistema social por el que apostaron los cubanos hace 50 años o poner fin a su incómoda e inexplicable resistencia, para los encargados de facilitarle el trabajo sucio al imperio los motivos parecen ser mucho más pedestres.
El mejor ejemplo es el de algunas de las llamadas Damas de Blanco, quienes hasta ayer justificaban su postura “disidente” en conseguir la liberación de sus esposos u otros familiares encarcelados, pero que hoy -aún después de la liberación de sus parientes-, insisten en mantener sus prácticas deportivas por algunas de las principales avenidas habaneras. Según aducen: “el camino es la liberación de todos los prisioneros políticos pacíficos. Este es el camino, y hay que seguirlo''.
"Nuestras voces, nuestras protestas, nuestras piernas, nuestras voces no pararán mientras quede un solo preso político pacífico'', puntualizó, vía telefónica, la puntera Laura Pollán a El Nuevo Herald.
Sin dudas, las también conocidas como Damas del Verde, deben haber escuchado campana sobre el “futuro incierto” de las avanzadas de mercenarios liberados que han ido llegando la última semana a España. Los han hospedado en un hostal que solo cuesta 13 euros, con baños colectivos, sin teléfonos ni aire acondicionado. Además, como se dice por ahí, después que la prensa de derecha se canse de usarlos como punta de lanza en sus ataques al actual gobierno socialista, lo más probable es que, dentro de poco, nadie se acuerde de la existencia de los mercenarios cubanos en una España en crisis donde la gente está más ocupada en resolver sus propios problemas que los del prójimo.
Por tanto, deben haber pensado las Damas del Verde, lo mejor es mantenerse en la Isla y con el espíritu deportivo bien en alto. No hay que olvidar quela USAID ha destinado este año $250,000 para ayudar a los familiares de los supuestos presos políticos (por ejemplo, a las llamadas damas de blanco y las recientemente creadas damas de apoyo) y otros $500,000 para los que luchan para liberar a los supuestos presos políticos. Todo eso, además de las donaciones de particulares como el músico Willy Chirino o de filántropos al estilo del terrorista Santiago Álvarez.
Lo peor del asunto es que el presidente de la Asamblea Nacional cubana, Ricardo Alarcón, acaba de declarar en Ginebra “que podría haber más liberaciones de presos políticos que las 52 anunciadas”.
De acuerdo también con Alarcón “en las conversaciones entre el gobierno de Raúl Castro y la Iglesia católica quedó claro que la voluntad del gobierno cubano es la de sacar de la cárcel a todas las personas sobre las que no pesen crímenes de sangre”.
En caso de que esto ocurriese, qué harían entonces las Damas de Blanco. ¿Seguirían marchando a favor de la liberación de los condenados por atentar contra la vida e integridad ajenas?
Posiblemente se inventen cualquier otro pretexto para mantener el profesionalismo de su nueva modalidad deportiva. Mientras el gobierno de Estados Unidos siga sufragando los gastos del equipo (implementos, medallas y campañas de publicidad incluidas), lo más probable es que sus maratones prosigan.
En caso contrario, queda por ver si las Damas del Verde estarían dispuestas a mantener su actual forma en la liga amateur.

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