Por Omar Pérez Salomón
Hace unos meses en un evento organizado por la Universidad Internacional de Andalucía, el escritor y periodista uruguayo Eduardo Galeano declaró que ”contra Cuba se aplica una lupa inmensa que magnifica todo lo que allí ocurre cada vez que conviene a los intereses enemigos, llamando la atención sobre lo que pasa en la Revolución, mientras la lupa se distrae y no alcanza ver otras cosas importantes y que los medios de comunicación no hacen por informar”. Tal es el caso del uso y acceso de los cubanos a las tecnologías de la información y las comunicaciones.
Si le preguntáramos a los habitantes de lugares montañosos de la geografía cubana como Paraíso en Santiago de Cuba; Las Piñas en Granma y Serrajón Abajo en Guantánamo, si conocen lo que en estos momentos acontece en Cuba y el mundo, de seguro responderían que sí. Allí desde hace casi 10 años existen Salas de Televisión alimentadas con paneles fotovoltaicos, que ofrecen variados programas de información y recreación a la población de estos alejados parajes.
En la comunidad de Cabo Cruz, en el extremo más al sur de la isla, todas las viviendas cuentan con servicio telefónico y reciben la señal de radio y televisión vía satélite. En Cuba existe una cobertura de radio de un 98,8% de la población y de un 98,2% de televisión. Además de los cinco canales nacionales de televisión, en todas las provincias existen telecentros o canales provinciales y en casi cien municipios existe un canal de televisión local.
Todos los asentamientos de más de 300 habitantes tienen comunicación telefónica, instalados a un alto costo asumido por el Estado Cubano.
Los cubanos desde edad preescolar tienen acceso en sus escuelas a las técnicas de la computación y existen 610 Joven Club (Cibercafés) en todo el país, que ofertan variados servicios utilizando las tecnologías de la información y las comunicaciones, donde han aprendido computación más de un millón de personas.
Al parecer la lupa que utilizan los medios de comunicación capitalistas y los enemigos de la Revolución Cubana, no les permite ver estos resultados, reconocidos por la Unión Internacional de Telecomunicaciones que en su último informe sitúa a Cuba en el cuarto lugar en conocimiento de las TIC entre todos los países miembros de este organismo de la ONU.
Como política, el gobierno cubano prioriza el acceso de la población a las tecnologías de la información y las comunicaciones a partir de los recursos disponibles. Divulgar lo contrario es un absurdo si se tiene en cuenta, por citar solo un ejemplo, que Cuba es el país que más presupuesto dedica a la educación, y dentro de este al acceso a estos medios.
Para los próximos años se priorizará el crecimiento en el servicio de telefonía celular, con la perspectiva de alcanzar más de 2 millones de usuarios en el 2015. Desde luego que esto requiere incorporar tecnologías cuyos costos permitan mayores inversiones, disminución de las tarifas de activación y de los servicios, y otras medidas para que más personas puedan acceder a los mismos.
El cable submarino entre Venezuela y Cuba, a un costo de 70 millones de dólares, mejorará la calidad de la comunicación y de la transmisión de información; pero no significa que aumentará considerablemente el ancho de banda de acceso a Internet, hoy limitado a 393 Megabit de entrada y 209 Megabit de salida, por debajo de lo que posee cualquier institución o empresa en los países desarrollados. No hay otra alternativa para un país bloqueado y atacado por feroces campañas mediáticas, que distribuir estos pocos recursos de red en función de las necesidades de la sociedad y el país.
Amigos de Cuba que conocen de proyectos como el de los Joven Club de computación, las Salas de televisión y servicios de facilitación social en la red, reconocen los modestos logros en esta esfera.
Hoy más que nunca estamos conscientes, como dijera Fidel en 1993, que “.....vivimos en el mundo de las comunicaciones, de la radio, de la televisión, de los libros, de los teléfonos a larga distancia, y esa tendencia hacia la comunicación entre todos los países será cada vez mayor”.
Tomado de Barrigaverde
Hace unos meses en un evento organizado por la Universidad Internacional de Andalucía, el escritor y periodista uruguayo Eduardo Galeano declaró que ”contra Cuba se aplica una lupa inmensa que magnifica todo lo que allí ocurre cada vez que conviene a los intereses enemigos, llamando la atención sobre lo que pasa en la Revolución, mientras la lupa se distrae y no alcanza ver otras cosas importantes y que los medios de comunicación no hacen por informar”. Tal es el caso del uso y acceso de los cubanos a las tecnologías de la información y las comunicaciones.
Si le preguntáramos a los habitantes de lugares montañosos de la geografía cubana como Paraíso en Santiago de Cuba; Las Piñas en Granma y Serrajón Abajo en Guantánamo, si conocen lo que en estos momentos acontece en Cuba y el mundo, de seguro responderían que sí. Allí desde hace casi 10 años existen Salas de Televisión alimentadas con paneles fotovoltaicos, que ofrecen variados programas de información y recreación a la población de estos alejados parajes.
En la comunidad de Cabo Cruz, en el extremo más al sur de la isla, todas las viviendas cuentan con servicio telefónico y reciben la señal de radio y televisión vía satélite. En Cuba existe una cobertura de radio de un 98,8% de la población y de un 98,2% de televisión. Además de los cinco canales nacionales de televisión, en todas las provincias existen telecentros o canales provinciales y en casi cien municipios existe un canal de televisión local.
Todos los asentamientos de más de 300 habitantes tienen comunicación telefónica, instalados a un alto costo asumido por el Estado Cubano.
Los cubanos desde edad preescolar tienen acceso en sus escuelas a las técnicas de la computación y existen 610 Joven Club (Cibercafés) en todo el país, que ofertan variados servicios utilizando las tecnologías de la información y las comunicaciones, donde han aprendido computación más de un millón de personas.
Al parecer la lupa que utilizan los medios de comunicación capitalistas y los enemigos de la Revolución Cubana, no les permite ver estos resultados, reconocidos por la Unión Internacional de Telecomunicaciones que en su último informe sitúa a Cuba en el cuarto lugar en conocimiento de las TIC entre todos los países miembros de este organismo de la ONU.
Como política, el gobierno cubano prioriza el acceso de la población a las tecnologías de la información y las comunicaciones a partir de los recursos disponibles. Divulgar lo contrario es un absurdo si se tiene en cuenta, por citar solo un ejemplo, que Cuba es el país que más presupuesto dedica a la educación, y dentro de este al acceso a estos medios.
Para los próximos años se priorizará el crecimiento en el servicio de telefonía celular, con la perspectiva de alcanzar más de 2 millones de usuarios en el 2015. Desde luego que esto requiere incorporar tecnologías cuyos costos permitan mayores inversiones, disminución de las tarifas de activación y de los servicios, y otras medidas para que más personas puedan acceder a los mismos.
El cable submarino entre Venezuela y Cuba, a un costo de 70 millones de dólares, mejorará la calidad de la comunicación y de la transmisión de información; pero no significa que aumentará considerablemente el ancho de banda de acceso a Internet, hoy limitado a 393 Megabit de entrada y 209 Megabit de salida, por debajo de lo que posee cualquier institución o empresa en los países desarrollados. No hay otra alternativa para un país bloqueado y atacado por feroces campañas mediáticas, que distribuir estos pocos recursos de red en función de las necesidades de la sociedad y el país.
Amigos de Cuba que conocen de proyectos como el de los Joven Club de computación, las Salas de televisión y servicios de facilitación social en la red, reconocen los modestos logros en esta esfera.
Hoy más que nunca estamos conscientes, como dijera Fidel en 1993, que “.....vivimos en el mundo de las comunicaciones, de la radio, de la televisión, de los libros, de los teléfonos a larga distancia, y esa tendencia hacia la comunicación entre todos los países será cada vez mayor”.
Tomado de Barrigaverde
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