domingo, 7 de marzo de 2010

ZAPATA IN MEMORIAN, O EL BANES QUE NUNCA FUE LA CIUDAD DE FULGENCIO BATISTA

Por Alexis Triana

(...) En la nueva etapa, ni el que muere puede ser respetado, si ya eres sujeto del tema anticubano, y aún si te mueres, peor para ti, porque ya estás muerto. Poco importa si tu propia madre comparece ante las cámaras del NTV y explica que su hijo sí tuvo atención médica especializada, y que lucharon los médicos cubanos por salvar su vida. Cuanto más servirá para levantar una nueva campaña contra los que se deben morir, porque esta oposición al régimen es de lo más carismática: mete cuatro gritos una noche, y al amanecer está más tranquila que estate quieto, a lo largo y ancho, de Baracoa a Maisí. Es el mejor negocio que uno puede imaginar; te pagan por un ratico, te vistes de blanco, y si te mueres, mejor. Estás bien muerto, y ellos necesitan a toda costa un héroe, como no saben ser ellos. Ni el dolor de una madre es respetado.
¿A quien verdaderamente le importaba la suerte del ciudadano Zapata, si antes, mucho antes, nuestra afamada bloguera no dejó testimonio directo del “mártir”, y poco le importó la suerte del preso negro, ni de los negros que mueren todos los días en Haití, ahí al ladito de Cuba, o al menos esta vez ella manifestó que su honda preocupación llegara hasta los que mueren a diario en la franja de Gaza, o en las pobres aldeas de la frontera de Afganistán y Pakistán, o en el Congo Brazaville?
Ella, tan ágil y novedosa, tan creativa y valiente, a tal velocidad narró en su blog la terrible desgracia de la madre del preso común en cuestión, y olvidó un detalle elemental, (filóloga al fin, y nunca periodista como Reinaldo), es que Banes ya no es la ciudad del sargento oportunista y taimado del “Gran Amigo” a noventa millas, que traumatizó a las anteriores generaciones de cubanos con la continua amenaza de intervención de los norteamericanos.
Lo comprobé, al simple detalle de los cuatro Damas Sin Blanco que salieron al nuevo boulevard de Banes para protestar, cuando no había otra alma que las acompañara, aparte de los sentidos familiares y los ya afectados, y que se llevaron tamaña sorpresa cuando la Banda Municipal de Conciertos de Banes los recibiera en plena calle, con el Himno Nacional y la Marcha del 26 de Julio, sin aviso o indicación previa, que me lo jura el director de Cultura, que él andaba en pleno consejo de dirección a kilómetros del lugar.
Y cuando ayer volvieron “a marchar” los cuatro gatos, y se asomaron a la Casa de la Trova, el conjunto de música campesina en Banes empezó a tocar, nada menos que El Caguairán, y comenzó a dar vivas a Fidel, que es de esas cosas que Reinaldo y Yoani no pueden soportar, que el cubano habla y critica, pero cuando le tocan la patria, salta. › Seguir leyendo...

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