Lo conocí en Managua en julio de 1980, hace 30 años, durante la conmemoración del primer aniversario de la Revolución Sandinista, gracias a mis contactos con los partidarios de la Teología de la Liberación, que se iniciaron en Chile cuando en el año 1972 visité al presidente Allende.
Por Frei Betto sabía quién era Lula, un líder obrero en el que los cristianos de izquierda ponían desde temprano sus esperanzas.
Se trataba de un humilde obrero de la industria metalúrgica que se destacaba por su inteligencia y prestigio entre los sindicatos, en la gran nación que emergía de las tinieblas de la dictadura militar impuesta por el imperio yanki, en la década del 60.
Las relaciones de Brasil con Cuba habían sido excelentes hasta que el poder dominante en el hemisferio, las hizo sucumbir. Pasaron décadas desde entonces hasta que volviesen lentamente a ser lo que son hoy.
Cada país vivió su historia. Nuestra patria soportó inusitadas presiones en las etapas increíbles vividas desde 1959, en su lucha frente a las agresiones del más poderoso imperio que ha existido en la historia.
Por ello, tiene para nosotros una enorme trascendencia la reunión que se acaba de efectuar en Cancún y la decisión de crear una Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe. Ningún otro hecho institucional de nuestro hemisferio durante el último siglo refleja similar trascendencia. › Seguir leyendo...
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