Haití: Yoani Sánchez y la opereta de los tres centavos

En la foto: Scarlett Johansson (no confundir con Yoani)

Por Ernesto Pérez Castillo

Haití, por más pobre que siempre haya sido, es de pronto una buena oportunidad para todo aquel que quiera publicitar su imagen, sacando lascas del desastre. Alguien que lleva la puntera en ese empeño es la actriz Scarlett Johansson, quien ni presta ni perezosa ha puesto en subasta, a través de Ebay.com, una cita de 10 minutos con ella, y supuestamente las ganancias serán para los fondos de ayuda a la nación caribeña, pasando por las manos de la ONG Oxfam America.
¿Es que hacía falta la subasta? ¿No podía meter sencillamente la mano en su bolsillo y sacar de ahí la calderilla suficiente, sin que nadie en este mundo se enterara, nada más que los necesitados?
Otro que sí dice haber metido la mano en su propio bolsillo es el Premio Nobel de la Guerra. A Obama se le ocurrió donar 15 000 dólares de sus cuentas personales, y ha hecho que el mundo lo sepa, al parecer preocupado por la mala imagen de sus portaviones, sus helicópteros y sus soldados tomando el Palacio Presidencial en Puerto Príncipe.
La agencia AP se ha encargado de regar a los cuatro vientos la noticia, y a la vez ha circulado un resumen de la ayuda internacional a Haití. El reporte, que El Nuevo Herald reproduce, lleva la cuenta con puntos y comas de cada centavo, cada saco de arroz y cada frasco de aspirinas enviado, pero… no menciona ni por equivocación la presencia en suelo haitiano, desde antes del terremoto, de más de 300 médicos cubanos, cifra que tras el seísmo se ha elevado sobre los mil cooperantes, e incluye a personal haitiano formado en Cuba. Eso, en medio del polvo de los derrumbes, la AP no lo ha podido ver.
Y otra actriz que se cuela en la jugada es la “degeneracióny”. Esa no perdió un segundo, se sacó la peluca rubia, puso cara de circunstancia, y ha colgado otro globo en su blog, donde anuncia estar organizando una colecta, y pone: “Proponemos recoger ropa, medicamentos y útiles de aseo personal”. Curiosamente, a solo un post de distancia, la globera afirmaba tener apenas “una bufanda viejísima” para abrigarse, y se quejaba de la falta de pan y leche, y un día antes denunciaba incluso la falta de papas en el agromercado… entonces, ¿en qué quedamos? Si según ella, en Cuba no hay ropa ni comida, ¿cómo se le ocurre la peregrina idea de esa colecta? ¿O es que acaso sí hay, solo que ella miente? ¿O solo es que tan ocupada como está en la twittería, no tiene tiempo ni inteligencia para notar que se dice y se desdice?