Desairada este mes por legisladores escépticos sobre la necesidad de la compra de una cárcel en una zona rural de Illinois, la Administración Obama batalla por conseguir el dinero que permita reemplazar la prisión de la bahía de Guantánamo por otra en territorio continental estadounidense.
Debido a estas dificultades, algunos funcionarios del Gobierno creen que es improbable que se pueda cerrar Guantánamo y transferir a su población reclusa sospechosa de terrorismo antes de 2011, como muy pronto, mucho más tarde de lo que deseaba Barack Obama. Éste, tras asumir la presidencia de EE UU en enero de 2008, firmó una orden ejecutiva para resolver el problema antes de un año. Después, Obama tuvo que admitir que la complejidad de la operación exigía más tiempo.
El traspaso del grueso de los presos considerados muy peligrosos al Centro Correccional Thomson, la prisión de máxima seguridad situada en una zona rural de Illinois, demanda fuertes inversiones de mejora, pues se halla en desuso. Los funcionarios consideran que la mejora de las instalaciones, la colocación de una nueva verja de seguridad, torres de vigilancia y cámaras necesitará entre ocho y 10 meses. Las obras de acondicionamiento no pueden comenzar hasta que el Gobierno federal compre la prisión.
El problema es que la Oficina Federal de Prisiones no dispone del dinero necesario. La rehabilitación costará 150 millones de dólares (unos 105 millones de euros).
Fuente: El País
Debido a estas dificultades, algunos funcionarios del Gobierno creen que es improbable que se pueda cerrar Guantánamo y transferir a su población reclusa sospechosa de terrorismo antes de 2011, como muy pronto, mucho más tarde de lo que deseaba Barack Obama. Éste, tras asumir la presidencia de EE UU en enero de 2008, firmó una orden ejecutiva para resolver el problema antes de un año. Después, Obama tuvo que admitir que la complejidad de la operación exigía más tiempo.
El traspaso del grueso de los presos considerados muy peligrosos al Centro Correccional Thomson, la prisión de máxima seguridad situada en una zona rural de Illinois, demanda fuertes inversiones de mejora, pues se halla en desuso. Los funcionarios consideran que la mejora de las instalaciones, la colocación de una nueva verja de seguridad, torres de vigilancia y cámaras necesitará entre ocho y 10 meses. Las obras de acondicionamiento no pueden comenzar hasta que el Gobierno federal compre la prisión.
El problema es que la Oficina Federal de Prisiones no dispone del dinero necesario. La rehabilitación costará 150 millones de dólares (unos 105 millones de euros).
Fuente: El País
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