lunes, 9 de noviembre de 2009

El Muro de Berlín y La Noche de los Cristales Rotos

Por M. H. Lagarde

El capitalismo está de fiesta. Hoy 9 de noviembre se conmemora el 20 aniversario de la caída del muro de Berlín. En Alemania, aseguran las agencias de prensa, se conmemoró el lunes el suceso con oraciones, música y solemnidad.
Se habla del “fin del comunismo en Europa”, del “Día de la libertad” y la canciller Angela Merkel -el primer gobernante de la Alemania reunificada que creció en la zona oriental comunista- comenzó las ceremonias en un momento de oraciones junto al presidente Horst Koehler y otras autoridades en un templo de la otrora Berlín Oriental que fue un centro de reunión de activistas opositores en 1989.
Cientos de personas colocaron rosas rojas en pequeños huecos en las secciones del muro que siguen en pie para honrar la memoria de quienes murieron intentando cruzar el muro.
En los festejos, nombrados como Festival de la Libertad, se lanzarán fuegos artificiales y actuarán músicos de todo el mundo y el recuerdo del aniversario de la caída del muro culminará con el derribo de unas 1.000 fichas de dominó gigantes.
Recordamos las lágrimas de alegría, los rostros encantados, la liberación'', dijo el obispo luterano Wolfgang Huber a las personas en el Templo de Getsemaní.Curiosamente, la celebración de la caída del comunismo en Europa dejó en segundo plano otro hecho trascendente ocurrido ese mismo día. Por una de esas ironías de la historia, medio siglo antes, otro 9 de noviembre, ocurrió en la propia Alemania la llamada Noche de los Cristales Rotos.
Y aunque el presidente de Alemania, Horst Köhler, recordó la coincidencia de fechas, la mención del criminal hecho no pareció aguar la fiesta.
Por ejemplo, Lech Wallesa, una de las personalidades internacionales invitadas a la conmemoración, estuvo más ocupado en acreditarse orgulloso el 30 por ciento de la responsabilidad de la caída del también llamado telón de acero, que mencionar a los más de 30.000 judíos, la mayoría de ellos polacos, que esa noche fueron detenidos e internados en campos de concentración.
La represión nazi fascista acabó en una sola noche con 1.574 sinagogas (prácticamente todas las que había en Alemania), muchos cementerios judíos, más de 7.000 tiendas y 29 almacenes judíos.
Al pie del derrumbado muro -quizás porque no es un aniversario cerrado-, poco se dijo de las lágrimas de miedo del impreciso número de asesinados durante la nefasta noche en que se inició el Holocausto.
Evocar en demasía el tema, sería reconocer que el muro, que durante mucho tiempo partió en dos a Alemania, no surgió de la nada; sino, entre otras razones, de esa nada feliz aberración del capitalismo que fue, y continúa siendo, el fascismo.

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