lunes, 28 de septiembre de 2009

Reflexión de Fidel: Pittsburgh y la Cumbre de Margarita

La idea de un desarrollo capitalista sin crisis es la gran ilusión que Estados Unidos y sus aliados tratan de vender a los países de economía emergente que participan en el G-20. Casi la totalidad de los países del Tercer Mundo que no son aliados de Estados Unidos observan cómo este imprime monedas de papel que circulan por todo el planeta como divisas convertibles sin respaldo oro, compran acciones y empresas, recursos naturales, bienes muebles e inmuebles y bonos de la deuda pública, protegen sus productos, despojan a los pueblos de sus mejores cerebros y otorgan carácter extraterritorial a sus leyes.
Esto se añade al poder avasallante de sus armas y el monopolio de los medios fundamentales de información.Las sociedades de consumo son incompatibles con el ahorro de los recursos naturales y energéticos que el desarrollo y la preservación de nuestra especie requieren.China, en un breve período histórico y gracias a la Revolución, dejó de ser un país semicolonial y semifeudal, creció al ritmo de más del 10% durante los últimos 20 años y se ha convertido en el principal motor de la economía mundial.
Jamás un enorme Estado multinacional alcanzó semejante crecimiento. Hoy posee la más elevada reserva de divisas convertibles y es el mayor acreedor de Estados Unidos. La diferencia es abismal con respecto a los dos países capitalistas más desarrollados del mundo: Estados Unidos y Japón. Las deudas de ambos acumulan a su vez, la suma de 20 millones de millones de dólares.
Estados Unidos no puede ya constituir un modelo de desarrollo económico.› Leer Más

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