Varios días después de su realización en la Plaza de la Revolución de La Habana, el concierto de Juanes sigue suscitando controversias. Aquí les dejo dos puntos de vista diferentes sobre el tema:
› OLGA CONNOR: Juanes en la encrucijada
› Juanes y Miguel Bosé: Abanderados del fascismo con rostro amable
No hay peor ciego...
ResponderEliminarOlga Connor ha perdido el Norte. Inicia y culmina su articulo titulado "Juanes en la encrucijada" totalmente desorientada.
Las palabras iniciales se refieren a la Plaza Civica de La Habana y las finales a un supuesto atribulado pueblo cubano. De haberse extendido más habría hecho referencia a la American Telephone Company, la CMQ, el Habana Libre no seria otro que el Habana Hilton y si le mencionamos la Avenida Salvador Allende, sin dudarlo nunca hubiera llegado a Carlos III.
La Sra. Connor necesita lecciones privadas de ubicatex para comprender el fenomeno Cuba porque desde el año 1959, todo, base y superestructura, cambio en Cuba y no precisamente hubo que esperar el concierto de Juanes y sus invitados.
La Plaza de la Revolucion es un lugar historico, no melodramatico.
El pueblo cubano no es atribulado, sino aguerrido. Sufre sí, los embates del embargo criminal y genocida, que tampoco ha podido doblegar la voluntad inquebrantable de nuestra estirpe.
Cuando se habla de canciones, conciertos y artistas, muchas veces se olvida con facilidad quienes reciben la musica, el espectaculo y aplauden a los interpretes. El publico es el pueblo que escucha, acepta o deniega. Es ese mismo pueblo que obstinadamente ha sobrepasado todas las barreras y trampas que los enemigos de la Revolucion han intentado alzar contra el pais y su gente, sin importar que los "oligarcas" como dice, no sean los que sufren sino que el dolor se multiplica entre el cubano de a pie, el que no parece importarle a mucha gente del exterior.
Mencionemos algunos ejemplos: pocas personas han levantado su voz para condenar el crimen de Barbados; pocas recuerdan el incendio del circulo infantil Le Van Tam repleto de niños inocentes; La Habana perdio El Encanto pero la incendiaria camina libremente por Miami; nadie recuerda el incendio del Amadeo, ni las privaciones, ni la escasez, ni el dengue.
Nadie se abrio paso frente a Estados Unidos para impedir que Cuba se quedara sin alimentos para su pueblo.
Nadie antepuso el altruismo al mercantilismo para comercializar con Cuba medicamentos.
Juanes canto en La Habana a pocos metros del lugar donde Fidel reunio a los intelectuales a principio de la decada de los sesenta y pronuncio el manifiesto ideologico del sistema revolucionario: Con la Revolucion todo...
Que se hable o cante en el civismo de nuestra revolucionaria plaza de libertad, isl en el centro del mar, a nadie atemoriza ni hara tambalear a nadie. Esas palabras pertenecen al pueblo. Porque en Cuba no se discrimina, no se segrega, no se menosprecia por sexo ni raza ni procedencia. En Cuba todos tienen las mismas oportunidades y comparten las mismas carencias.
En Cuba, a pesar de la aguda adversidad, el cubano continua con su caudal de alegria y esperanza.
Sra. Connor, el nombre Plaza Civica es una reminiscencia imperdonable, que nos remonta a las Pascuas Sangrientas; como seria imperdonable que Ud. mencionara el Cuartel Mondaca y olvidara de los cientos de escolares que han estudiado en las antiguas celdas.
Son tantas las verdades que "...se agolpan unas a otras..." y por eso apenas se destacan. Pero Sra Connor, la invito a caminar por La Habana, por Matanzas, Ciego de Avila, ciudades de un pais lleno de gente amistosa, cordial, ilustrada, que se encuentra al Sur de la Peninsula de la Florida donde viven muchos cubanos sedientos de reconciliación.