Por M. H. Lagarde
Las medidas del gobierno de Estados Unidos para “apoyar” a Zelaya no pasan de una solicitud al presidente de Costa Rica, Oscar Arias, para fungir como mediador en un diálogo entre los gorilas y el presidente secuestrado y de una imprecisa disminución de la ayuda a Honduras.
Como han señalado algunos comentaristas internacionales, durante la conferencia de prensa ofrecida el martes tras entrevistarse con Zelaya, la Secretaria de Estado se abstuvo de mencionar que la posición de Estados Unidos, según declaraciones anteriores, era lograr el retorno del depuesto presidente Manuel Zelaya al poder.
Según un cable de la AP: “La posición de Estados Unidos es así un giro brusco a la situación en Honduras. El presidente Barack Obama ha estado recibiendo críticas de algunos sectores por el hecho de haber insistido en el retorno de Zelaya al poder como parte de la solución, que fue inicialmente planteada por la OEA en dos reuniones especiales de cancilleres la semana pasada”.
Entre los críticos, por ejemplo, se encuentra Ileana Ros-Lehtinen, la congresista republicana de origen cubano quien aplaudió la nueva postura adoptada por Clinton el martes: “Esa es una mejor posición de la que teníamos hace 24 horas. Creo que es la posición correcta que tiene que adoptar el Departamento de Estado''.
Otro signo que descubre la doble cara de la política norteamericana respecto al conflicto hondureño fue el hecho de que Clinton tratara directamente con Micheletti, cuando Estados Unidos estuvo de acuerdo con la posición de la OEA de suspender a Honduras como miembro del organismo.
Como si fuera poco, días antes, el vocero del Departamento de Estado Ian Kelly, había declarado que el gobierno de Estados Unidos no recibiría a la delegación golpistas que viajaría a Washington. Sin embargo, en su encuentro con la prensa, inmediatamente después que lo hiciera la Secretaria de Estado, cuando un reportero le recordó su anterior declaración, Kelly, dijo:
“- Bueno, ya la secretaria lo respondió, queremos enterarnos en que haya un proceso en donde se restaura el orden constitucional y si ella no comentó eso yo tampoco lo voy a hacer”.
La respuesta a la que se refería el vocero nunca se fue dada:
Cuando un periodista preguntó:
“-¿Puede confirmar informes de que el señor Ricardo Maduro representa la delegación del gobierno de facto y que está en Estados Unidos?”
La Secretaria de Estado dijo:
“-Bueno no quiero hacer comentarios porque nuestro objetivo es llegar a donde hemos llegado. Es decir, que las partes se hablen entre sí, no a través de nosotros o de un tercero, ya que ha habido muchos contactos en el hemisferio y en el mundo entero. Pero mi opinión es que lo ideal es convencer a las partes, no solamente al señor Zelaya, sino al régimen de facto en la OEA, naciones Unidas. Es decir tener un proceso donde los hondureños se sienten y hablen entre sí. Ese ha sido mi objetivo y creo que estamos a punto de que eso ocurra. Espero, en todo caso, que eso se produzca pronto. Hemos tratado mediante nuestros buenos oficios que la gente llegue hasta acá y agradecemos la voluntad del señor Arias de participar, así mismo agradecemos los esfuerzos de la OEA….”
Igualmente controvertido ha resultado el tema de la retención de parte de la ayuda que Estados Unidos le ofrece a Honduras. Según Clinton, no se suspendería la ayuda humanitaria al pueblo hondureño. Kelly, por su parte, reiteró que se mantenía limitada la colaboración militar con el país centroamericano, pero que continuaría la ayuda para la “democracia”.
A otra pregunta de una reportera sobre si el dinero destinado a la “democracia” -(¿se refería la periodista a organizaciones tapaderas de la CIA como la USAID y la NED?) -, era destinado la oposición que ahora celebra que Zelaya haya sido expulsado, Kelly respondió:
-Mire, no conozco esos informes. Pero estamos haciendo una elección muy detallada y rigurosa…
Nadie lo duda.
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