Por Gianni Minà
Ésta es la respuesta al ataque que me hizo Pierluigi Battista en el "Corriere della Sera" respecto a mi comentario "Las omisiones de la bloguera de moda Yoani Sánchez", , publicado en ese sitio el día 4 del pasado mes de mayo. Battista afirmaba cosas que nunca he dicho, escrito o hecho, pero se ha cuidado bien en la respuesta a los argumentos precisos que señalé. En nombre de la siempre mencionada democracia, el "Corriere della Sera" no publicó sin embargo mi aclaración. Así pues, además de expresar mi agradecimiento a los colegas de Articolo21 que la dieron a conocer, yo también lo haré. Los detalles de esta historia singular y muy ligada a la ciber guerra que, según Donald Rumsfeld (ex Ministro de Defensa de EE.UU.), una vez más los Estados Unidos han montado contra Cuba desde hace unos años, las pueden leer en el número 106/107 de Latinoamérica, que saldrá a la luz en inicios de junio en las librerías Feltrinelli y en las librerías independientes.
La bloguera cubana descalza, pero en la universidad
Después de las dudas que expresé en mi sitio web sobre la campaña encabezada por Yoani Sánchez, la bloguera cubana que más está "de moda" en la actualidad, patrocinada por el grupo Prisa, editor de El País, es bastante ridículo que Pierluigi Battista me señale como "un periodista que, en su domicilio, disfruta de la libertad y la utiliza de manera inapropiada para criticar a los enemigos de la revolución cubana." Es ridículo porque Yoani Sánchez tiene, en este momento, todos los medios de comunicación que desea, y porque Pigi Battista, que ejerce el poder de la información, sabe perfectamente que por once años, y después de cuarenta años de compromiso, la democracia italiana me ha negado trabajo en la Rai, la televisión estatal, sin que él haya dicho una sola palabra sobre dicho atropello.
Pero Battista es consciente de que yo estaba entre los pioneros de esta empresa para la que, durante cuarenta años, antes de ser depurado, realicé reportajes y documentales que, incluso ahora, cuando se proponen nuevamente, aún ganan premios internacionales.
Mintió al decir que yo había “atacado", "denigrado", "desacreditado" a la bloguera, eso no es un acto honorable, no sólo porque no lo he hecho, sino porque demuestra que Battista no leyó al artículo en mi sitio (www.giannimina.it), sino que simplemente hizo suyas las versiones sobre mi escrito de los "guardianes de la contrarrevolución" en la lucha anti castrista, reaccionaria y violenta, que lleva a cabo esa labor de execración de Cuba por los Estados Unidos, México y España. Prácticas que estas organizaciones realizan ahora con el "copiar y pegar", pero que ha comenzado desde que triunfó la Revolución.
No tengo miedo, ni a sus insultos, ni sus amenazas, que son más bien una confirmación de la impotencia, de la derrota de estos métodos, en una América Latina que, además de la eliminación del embargo, pide por unanimidad la reintegración de Cuba a la “Organización de Estados Americanos” e incluso insiste en su confirmación en el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Sé que Battista no tiene gran simpatía por esta nueva y progresiva América Latina que, día tras día, conquista derechos civiles que, en la vieja Europa y los Estados Unidos de Bush, se perdieron.
Es difícil e hipócrita, de hecho, ser intransigentes con Cuba por su falta de libertad (a veces verdadera, a veces construida) cuando el nuevo presidente de los Estados Unidos Barack Obama, aunque anuló de inmediato la ley aprobada por su predecesor Bush que autorizaba la tortura (y la que suprimía el Habeas corpus) fue luego obligado a bloquear, decisión de un tribunal, la publicación de las fotos de la intimidación y el abuso cometidos en la prisión de Guantánamo y otros lugares. Ejemplo de contradicciones de este tipo, que no indignan tanto a Pigi Battista como la no concesión de la visa a la bloguera Yoani Sánchez, es que Obama se vio obligado a declarar recientemente: "El impacto de la presencia de setenta mil médicos cubanos en América Latina y en el sur del mundo ha sido más eficaz que las políticas seguidas por los gobiernos de Washington en los últimos años en lo que respecta a Cuba."
Por no mencionar que, en estos días, a pesar de esta toma de conciencia del Presidente, la América de Obama ha negado la visa al gran cantautor cubano Silvio Rodríguez, invitado junto con Bruce Springsteen y otros colegas al Madison Square Garden en Nueva York para la fiesta por los noventa años de Pete Seeger, compañero de lucha del legendario Woody Guthrie, sin que Battista o alguien de la Feria del Libro haya sentido la necesidad de protestar. Sobre los escritos de Yoan Sánchez yo, en mi sitio, expresé sólo dudas mesuradas sobre el hecho de que, junto con las denuncias de las carencias de la sociedad de su país, ni siquiera recordase los méritos que las organizaciones internacionales, las Naciones Unidas, el UNICEF, la FAO, la Organización Mundial de la Salud, e incluso Amnistía Internacional, le reconocen.
Ignorarlas hace menos creíble su testimonio y la construcción mediática que se ha hecho a su alrededor.
Un paseo habanero en chancletasÉsta es la respuesta al ataque que me hizo Pierluigi Battista en el "Corriere della Sera" respecto a mi comentario "Las omisiones de la bloguera de moda Yoani Sánchez", , publicado en ese sitio el día 4 del pasado mes de mayo. Battista afirmaba cosas que nunca he dicho, escrito o hecho, pero se ha cuidado bien en la respuesta a los argumentos precisos que señalé. En nombre de la siempre mencionada democracia, el "Corriere della Sera" no publicó sin embargo mi aclaración. Así pues, además de expresar mi agradecimiento a los colegas de Articolo21 que la dieron a conocer, yo también lo haré. Los detalles de esta historia singular y muy ligada a la ciber guerra que, según Donald Rumsfeld (ex Ministro de Defensa de EE.UU.), una vez más los Estados Unidos han montado contra Cuba desde hace unos años, las pueden leer en el número 106/107 de Latinoamérica, que saldrá a la luz en inicios de junio en las librerías Feltrinelli y en las librerías independientes.
La bloguera cubana descalza, pero en la universidad
Después de las dudas que expresé en mi sitio web sobre la campaña encabezada por Yoani Sánchez, la bloguera cubana que más está "de moda" en la actualidad, patrocinada por el grupo Prisa, editor de El País, es bastante ridículo que Pierluigi Battista me señale como "un periodista que, en su domicilio, disfruta de la libertad y la utiliza de manera inapropiada para criticar a los enemigos de la revolución cubana." Es ridículo porque Yoani Sánchez tiene, en este momento, todos los medios de comunicación que desea, y porque Pigi Battista, que ejerce el poder de la información, sabe perfectamente que por once años, y después de cuarenta años de compromiso, la democracia italiana me ha negado trabajo en la Rai, la televisión estatal, sin que él haya dicho una sola palabra sobre dicho atropello.
Pero Battista es consciente de que yo estaba entre los pioneros de esta empresa para la que, durante cuarenta años, antes de ser depurado, realicé reportajes y documentales que, incluso ahora, cuando se proponen nuevamente, aún ganan premios internacionales.
Mintió al decir que yo había “atacado", "denigrado", "desacreditado" a la bloguera, eso no es un acto honorable, no sólo porque no lo he hecho, sino porque demuestra que Battista no leyó al artículo en mi sitio (www.giannimina.it), sino que simplemente hizo suyas las versiones sobre mi escrito de los "guardianes de la contrarrevolución" en la lucha anti castrista, reaccionaria y violenta, que lleva a cabo esa labor de execración de Cuba por los Estados Unidos, México y España. Prácticas que estas organizaciones realizan ahora con el "copiar y pegar", pero que ha comenzado desde que triunfó la Revolución.
No tengo miedo, ni a sus insultos, ni sus amenazas, que son más bien una confirmación de la impotencia, de la derrota de estos métodos, en una América Latina que, además de la eliminación del embargo, pide por unanimidad la reintegración de Cuba a la “Organización de Estados Americanos” e incluso insiste en su confirmación en el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Sé que Battista no tiene gran simpatía por esta nueva y progresiva América Latina que, día tras día, conquista derechos civiles que, en la vieja Europa y los Estados Unidos de Bush, se perdieron.
Es difícil e hipócrita, de hecho, ser intransigentes con Cuba por su falta de libertad (a veces verdadera, a veces construida) cuando el nuevo presidente de los Estados Unidos Barack Obama, aunque anuló de inmediato la ley aprobada por su predecesor Bush que autorizaba la tortura (y la que suprimía el Habeas corpus) fue luego obligado a bloquear, decisión de un tribunal, la publicación de las fotos de la intimidación y el abuso cometidos en la prisión de Guantánamo y otros lugares. Ejemplo de contradicciones de este tipo, que no indignan tanto a Pigi Battista como la no concesión de la visa a la bloguera Yoani Sánchez, es que Obama se vio obligado a declarar recientemente: "El impacto de la presencia de setenta mil médicos cubanos en América Latina y en el sur del mundo ha sido más eficaz que las políticas seguidas por los gobiernos de Washington en los últimos años en lo que respecta a Cuba."
Por no mencionar que, en estos días, a pesar de esta toma de conciencia del Presidente, la América de Obama ha negado la visa al gran cantautor cubano Silvio Rodríguez, invitado junto con Bruce Springsteen y otros colegas al Madison Square Garden en Nueva York para la fiesta por los noventa años de Pete Seeger, compañero de lucha del legendario Woody Guthrie, sin que Battista o alguien de la Feria del Libro haya sentido la necesidad de protestar. Sobre los escritos de Yoan Sánchez yo, en mi sitio, expresé sólo dudas mesuradas sobre el hecho de que, junto con las denuncias de las carencias de la sociedad de su país, ni siquiera recordase los méritos que las organizaciones internacionales, las Naciones Unidas, el UNICEF, la FAO, la Organización Mundial de la Salud, e incluso Amnistía Internacional, le reconocen.
Ignorarlas hace menos creíble su testimonio y la construcción mediática que se ha hecho a su alrededor.
Yoani Sánchez, entre otras cosas, me hizo saber que, cuando mi libro de entrevistas con Fidel (1987) estaba en la biblioteca de La Habana, ella andaba descalza en la universidad debido a las restricciones económicas que Cuba tenía en el momento. Lamentablemente, olvidó de decir que esos eran los años de período especial en el que su país tuvo que soportar dos embargos, el histórico e injusto de los Estados Unidos y el consiguiente colapso de los países comunistas de Europa oriental. También me gustaría recordarle a Yoani que en ese entonces andaba descalza, pero iba a la universidad. Si hubiera sido una joven de otro país de América Latina en ese momento, rehenes de la economía neoliberal, tal vez habría sido una chica de las violentas favelas de Río, o de una villa inhumana y miserable de Lima o de Ciudad de México o, quizás, tendría que inhalar cola para vencer el hambre, como han hecho y continúan haciendo miles de jóvenes en el continente.
El mundo, como sabemos, tiene un sentido u otro en dependencia del punto de vista en que se mire. Así que espero que en Turín, en la Feria del Libro, además de aplaudir la llamada telefónica de Yoani, el público vaya al Museo de la resistencia, a la presentación de Memoria de la oscuridad, cartas y diarios de las mujeres encarceladas durante la dictadura argentina. Un testimonio de resistencia colectiva, o sientan la necesidad de llenar la sala donde se propone Carta falsa (por Roberto Scardovi) que trata el asesinato de Ilaria Alpi y Miran Hrovatin, impune desde hace quince años por las connivencia de sectores de nuestro aparato de estado con el tráfico internacional de armas y los desechos tóxicos, piezas todavía activas en la estructura de poder de nuestro país. Las mujeres argentinas e Ilaria Alpi, probablemente no han tenido la misma relevancia mediática que la bloguera cubana, pero juro que la merecen.
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