Por El HabaneroNingún ser humano debe sentirse ajeno al dolor en que se sumió la humanidad entera en los años de la Segunda Guerra Mundial, una guerra exacerbada por el odio racial convertido en política de estado y en filosofía de un pueblo al que se le hizo creer que pertenecía a una raza superior a las demás, y que su papel en la historia era asegurar el “espacio vital” necesario para que esa raza pudiera desarrollarse hasta someter a las demás. La forma de lograrlo era exterminando las demás razas y dominando al mundo por las armas.
La pérdida de más de 55 millones de vidas humanas y las prácticas de exterminio masivo de personas (principalmente judíos y gitanos) con métodos que incluían el uso de enormes cámaras de gas son, entre muchas otras, las huellas que más se recuerdan de ese triste episodio de la humanidad. Barack Obama, presidente de los Estados Unidos, rindió homenaje a las víctimas del holocausto judío y de la segunda guerra mundial e hizo además un llamamiento a la tolerancia. Como cualquier ciudadano del mundo se horroriza al recordar los sucesos acontecidos en esa época y hace votos por que tanta barbarie no vuelva a repetirse.
Pero, ¿podemos hablar del holocausto en pretérito? Definitivamente NO.
Holocausto es lo que padece actualmente el pueblo palestino, ocupado y hostigado sistemáticamente por el estado de Israel, sometido con frecuencia a verdaderas carnicerías por el ejército israelí, viviendo diariamente el acoso de la aviación que realiza asesinatos selectivos de sus dirigentes desde el aire (donde muere además todo el que esté cerca), y sin el más mínimo derecho a defenderse sin que sean tildados sus hijos de terroristas. Holocausto padece también la población de Irak, que gracias a la invasión norteamericana ha perdido más de millón y medio de sus hijos, que ha visto cómo las potencias extranjeras destruyeron en días siglos de cultura, que pasa a diario enormes necesidades mientras las empresas norteamericanas se enriquecen a costa de sus recursos naturales.
Holocausto padecen los afganos, cuya población civil a menudo es víctima de los errores de la aviación norteamericana y que tiene que conformarse con los compromisos que hacen los militares de disminuir en el futuro esos “daños colaterales”, los presos de las cárceles secretas, que en nombre de la sacrosanta guerra contra el terrorismo permanecen en un limbo legal, privados de sus más elementales derechos y sometidos sistemáticamente a “interrogatorios fuertes” con el objetivo de extraerle una información que en muchos casos no tienen.
Pudiéramos mencionar también como víctimas del holocausto los miles de asesinados y desaparecidos en Latinoamérica como consecuencia de la Operación Cóndor, los civiles muertos en la guerra contra Yugoslavia, las bombas de Hiroshima y Nagasaki y la masacre de Sabra y Shaatila, entre otros sucesos de la historia reciente de la humanidad.
Barack Obama, como ser humano, se ennoblece al rendir tributo a las víctimas del Holocausto Judío y de la Segunda Guerra Mundial. Como presidente de los Estados Unidos tiene la posibilidad (y el deber) de contribuir con sus acciones a que la palabra Holocausto pueda mencionarse como un mal recuerdo del pasado.
Pero, ¿podemos hablar del holocausto en pretérito? Definitivamente NO.
Holocausto es lo que padece actualmente el pueblo palestino, ocupado y hostigado sistemáticamente por el estado de Israel, sometido con frecuencia a verdaderas carnicerías por el ejército israelí, viviendo diariamente el acoso de la aviación que realiza asesinatos selectivos de sus dirigentes desde el aire (donde muere además todo el que esté cerca), y sin el más mínimo derecho a defenderse sin que sean tildados sus hijos de terroristas. Holocausto padece también la población de Irak, que gracias a la invasión norteamericana ha perdido más de millón y medio de sus hijos, que ha visto cómo las potencias extranjeras destruyeron en días siglos de cultura, que pasa a diario enormes necesidades mientras las empresas norteamericanas se enriquecen a costa de sus recursos naturales.
Holocausto padecen los afganos, cuya población civil a menudo es víctima de los errores de la aviación norteamericana y que tiene que conformarse con los compromisos que hacen los militares de disminuir en el futuro esos “daños colaterales”, los presos de las cárceles secretas, que en nombre de la sacrosanta guerra contra el terrorismo permanecen en un limbo legal, privados de sus más elementales derechos y sometidos sistemáticamente a “interrogatorios fuertes” con el objetivo de extraerle una información que en muchos casos no tienen.
Pudiéramos mencionar también como víctimas del holocausto los miles de asesinados y desaparecidos en Latinoamérica como consecuencia de la Operación Cóndor, los civiles muertos en la guerra contra Yugoslavia, las bombas de Hiroshima y Nagasaki y la masacre de Sabra y Shaatila, entre otros sucesos de la historia reciente de la humanidad.
Barack Obama, como ser humano, se ennoblece al rendir tributo a las víctimas del Holocausto Judío y de la Segunda Guerra Mundial. Como presidente de los Estados Unidos tiene la posibilidad (y el deber) de contribuir con sus acciones a que la palabra Holocausto pueda mencionarse como un mal recuerdo del pasado.
Habanero, muy bonito tu articulo pero algo queiro preguntarte, ser judio es pertenecer a una raza? No entiendo creo que es mas bien una religion no?
ResponderEliminarAl presidente Obama,si es muy bonito ir al Medio Oriente, a Europa y rendirle tributo a todas las victimas de esas guerras, pero creo mejor es quedarse aqui y empezar a resolver y limpiar toda la cagazon que le dejo Bush de 8 años. Tienes razon Habanero, todos esos fueron olocaustos, como tambien lo fue la colonizasion de America, en nombre de dios, la iglecia estermino a nuestros nativos, estermino naciones y culturas completas, tambien fue un olocausto.
ResponderEliminarDe que vale recordar el pasado si parte del futuro de millones de personas esta en tus manos . Obama, en vez de remover aquella triste pagina vivida por la humanidad debería terminar con el dolor que ha traído esta guerra sucia y que le ha dado continuidad .Parece que no puedes cumplir tus promesas. Es un duro golpe para los que apoyaron su campaña electoral. Resulta muy triste para los que votaron por él esperando al clausura de la ilegal base naval en Guantánamo, conocer que no cerrará en el tiempo prometido. Doloroso igual resultará para las madres de los jóvenes que se envían a la inhumana, e irracional guerra suicida en Irak y Afganistan , saber que su presidente todavía lo piensa para decidir si mandar, o no, más soldados a esas naciones. La esperanza se le acaba al que dio un sí por Obama y se entera de que su petición en la reforma migratoria no se ha presentado aún, de verdad, que desilusiona, ver como muy lejos de traer a las madres sus hijos, los quiere seguir sacando hacia las regiones de América Insular, en las bases que implanta en el territorio. Obama se te cae la máscara y no manos para ponértela.
ResponderEliminarEstoy sumamente de acuerdo con ustedes, Obama debe dejar de mencionar la historia y lo malo que ha sucedido y debe de actuar en lo malo que su gobierno hoy en día está haciendo; él tiene el poder, la capacidad para hacerlo, pero no nos hagamos falsa esperanza, debemos reafirmar que en esa sociedad capitalista y monetaria, no existe los ideales para los presidentes y dirigentes, pues al final se ven enredados en el dinero, como en muchas películas americanas se proyecta cada persona tiene su precio y los presidente tienen uno para ser fiel a la política optada por su sociedad y por los ricos y propietarios que lo único que busca es enriquecerse; solo digo esa frase o hecho que se manifiesta en la sociedad americana de consumo, ya lo digo solo allí, por que aquí en mi Cuba el precio de cada hombre es el honor, la libertad, la honestidad, el decoro y el patriotismo, no el dinero sucio.
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