jueves, 23 de abril de 2009

Damas de Blanco quieren a sus esposos en la cárcel

Por Ernesto Pérez Castillo

Luego de que Raúl lanzara la propuesta liberar a los mercenarios que cumplen sanciones desde 2003 y enviarlos a los Estados Unidos, y que a su vez el gobierno norteamericano excarcele a los cinco antiterroristas cubanos presos y los devuelva a la Isla, se ha desatado el nerviosismo entre la contrarrevolución interna.
Lo que está en juego, y hace ya mucho pende de un hilo, es una enorme empresa de jugosos dividendos, aunque los propios “opositores” han reconocido en carta reciente a Obama, que a ellos solo les llegan las migajas y que el pastel se lo reparten en tajadas generosas los mafiosos de Miami.
Así y todo, algo les llega, y a ese algo se aferran. Ahora, la posibilidad del canje ha levantado frente a ellos el fantasma del desempleo. Han comprendido que, de hacerse realidad el cambio, perderían todo su valor ante sus dueños, llegarían cesanteados a la tierra prometida, y por tanto les tocaría doblar el lomo, y ninguno de ellos quiere ser lavaplatos al otro lado del Estrecho de la Florida.
¿Acaso no es por obtener la libertad de sus esposos que las llamadas Damas de Blanco han caminado las calles de La Habana, siempre a la sombra de la gran prensa internacional? ¿Por qué ahora, que el gobierno cubano ofrece una alternativa, ellas ponen el grito en el cielo?
Además, dos de los más visibles cabecillas se arrogan el derecho de hablar en nombre de los demás. Elizardo Sánchez ha dicho: “Es casi unánime entre los presos que no sean cambiados (…) Ellos prefieren seguir encarcelados”. ¿Acaso Elizardo le ha preguntado su opinión a los presos, ha realizado algún tipo de encuesta, o sencillamente ese “prefieren seguir encarcelados” se lo inventa, como suele hacer en sus reportes? Lo cierto es que a él le gustaría, le conviene, que sigan tras las rejas. Quizá otro gallo cantaría si el que estuviera a la sombra fuera él.
Y Laura Pollán reclama: “Consideramos una falta de respeto (...) plantear un canje sin contar con estos hombres y con sus familias”. Curiosamente, sus palabras acusan al gobierno de algo que ella comete, pues ella no ha contado con nadie para emitir un juicio generalizador.
Así las cosas, los disidentes han enviado un mensaje claro al Imperio: ellos se oponen a un alivio en las tensiones entre Washington y La Habana. Y es natural que le parezca mal: ellos viven de eso.

1 comentario:

  1. Excelente propuesta la de "liberar a los mercenarios que cumplen sanciones desde 2003 y enviarlos a los Estados Unidos, y que a su vez el gobierno norteamericano excarcele a los cinco antiterroristas cubanos presos y los devuelva a la Isla". Vean cómo reculan ante esa posibilidad que dejaría a la camarilla de blanco sin sus "migajas". Un saludo desde Venezuela. Patria Socialista o muerte. Venceremos.

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