LA HABANA, feb 25 (Reuters) - La apertura de un McDonald's en Cuba parece remota incluso con Barack Obama en la Casa Blanca.
Pero los Big Mac y otros 5.000 productos estadounidenses están registrados en Cuba, esperando pacientemente el día de su desembarco en uno de los últimos países socialistas del planeta.
La lista incluye otros símbolos del capitalismo como Nike NKE.N , Visa V.N o Starbucks SBUX.O . La Oficina Cubana de Propiedad Intelectual registró en diciembre pasado nuevos productos de Coca-Cola KO.N , Google GOOG.O y Ford Motor F.N .
"Desde la elección del presidente Obama hubo un marcado aumento en el interés de las grandes compañías estadounidenses en el comercio y clima de inversiones en Cuba", dijo Jake Colvin, vicepresidente del National Foreign Trade Council, un grupo con sede en Washington cuyos miembros incluyen a Boeing BA.N , Caterpillar CAT.N y Microsoft MSFT.O .
Obama es el primer presidente de Estados Unidos en medio siglo dispuesto a hablar con el Gobierno comunista de Cuba.
Y el registro de marcas extranjeras en Cuba es sensible al clima político en el Estrecho de Florida.
Según cifras cubanas, las solicitudes cayeron un 36 por ciento al radicalizarse el conflicto durante el Gobierno del presidente George W. Bush.
Aunque hoy la crisis financiera está frenando el ritmo de solicitudes, expertos en propiedad intelectual en La Habana y Miami creen que las empresas estadounidenses que registraron productos en Cuba renovarán sus licencias.
El objetivo es un mercado virgen de 11 millones de habitantes a sólo 145 kilómetros de sus costas.
Por registrar sus productos en Cuba pagan entre 1.000 y 1.500 dólares, incluyendo gastos de representación.
La mayoría de esos productos registrados no está a la venta en la isla. El mayor obstáculo es el embargo estadounidense, que limita las ventas a Cuba a unos 710 millones de dólares anuales en alimentos.
Cuba es una de las últimas sociedades libres de publicidad.
La Coca-Cola importada de México, por ejemplo, se vende aunque los únicos anuncios sean oxidados carteles de chapa de la década de 1950 colgados en casas de coleccionistas.
MANTENER STATU QUO
Una de las razones para mantener actualizados los registros en la isla es la piratería, dice el abogado Jesus Sanchelima, cuyo bufete en Miami inscribió numerosas de marcas en Cuba.
"Continuamos registrando y renovando registros. Nadie quiere crear otro Taiwán a 90 millas de Estados Unidos (...) Pero el terreno es muy inestable y se trata principalmente de mantener el 'statu quo'", explicó.
John Kavulich, del U.S.-Cuba Trade and Economic Council, una organización que sigue de cerca el comercio entre ambos países, dice que los empresarios no ven señales de apertura de la economía cubana, controlada en un 90 por ciento por el Estado.
"Los gerentes de las grandes empresas estadounidenses no tienen expectativas de un inminente regreso a Cuba (...) No hay razones para hacer nada más que lo legalmente posible por mantener las marcas protegidas", comentó.
El National Foreign Trade Council suele poner el ejemplo de Sudáfrica, donde tras el fin del apartheid algunas empresas estadounidenses como Burger King BKC.N descubrieron que sus marcas habían sido usurpadas. Recuperarlas costó mucho tiempo y dinero.
"Proteger marcas en ausencia de comercio es importante para asegurar que una compañía como Starbucks podrá establecer un negocio y mantener el control de su reputación en Cuba en el futuro", dijo Colvin.
Muchas de las marcas estadounidenses corrieron a registrarse en Cuba en la década de 1990 , cuando el Estado aflojó un poco las riendas de la economía en respuesta a una crisis que muchos creían que no sobreviviría.
RUINAS DEL CAPITALISMO
Los memoriosos aseguran que antes de la revolución de 1959, Chevrolet lanzaba sus nuevos modelos simultáneamente en Detroit y La Habana, la primera ciudad de América Latina en ver la televisión a color o tener un refrigerador de dos puertas.
Tras la llegada de Fidel Castro al poder, el hotel Havana Hilton fue estatizado y bautizado Habana Libre. Woolworth, General Motors GM.N y RCA cerraron para transformarse en ruinas del pasado capitalista.
Otras fueron reconvertidas. Una tienda por departamentos de SEARS SHLD.O , que fue la primera fuera de Estados Unidos, es hoy el Palacio de Computación de la Unión de Jóvenes Comunistas.
Pero Cuba ha respetado las marcas de Estados Unidos, incluso revocando y devolviendo a sus legítimos dueños algunas que habían sido usurpadas.
La mayor disputa sobre derechos de propiedad ha tenido como protagonista a Bacardi, un fabricante de ron que dejó Cuba tras la revolución y décadas más tarde reclamó Havana Club, el ron más famoso de la isla.
La batalla legal, y política, entre Bacardi y el Gobierno cubano y su socio, el gigante francés de los licores Pernod Ricard, está aún irresuelta.
Las autoridades cubanas acusan sin embargo a Estados Unidos de violar sus derechos de propiedad al permitir que Bacardi comercialice desde el 2006 su versión del ron Havana Club.
La pelea llegó hasta la Organización Mundial de Comercio y más de una década después continua sin resolverse.
Fidel Castro amenazó con vengarse fabricando una versión cubana de Coca-Cola, pero nunca lo hizo.
Jorge Espinosa, un abogado especializado en propiedad intelectual en Miami, cree que el interés crecería si, por ejemplo, Obama libera los viajes a Cuba y los empresarios estadounidenses pudieran valorar personalmente el potencial de negocios en la isla.
"Pero no creo que veamos la apertura de un McDonald's en Cuba por varios años. Con o sin Obama", dijo.
(Reporte de Esteban Israel) REUTERS Reut 13:12 02-25-09
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