El estreno de gobierno en Estados Unidos, encabezado esta vez por el demócrata Barack Obama, genera en Cuba esperanzas de cambio y distensión en las siempre tensas relaciones bilaterales, aunque sectores académicos de la isla se muestran escépticos al respecto.
"Cada día que pasa soy menos optimista sobre el alcance de los cambios que pueda traer Obama en relación con Cuba", comentó a IPS Luis René Fernández, subdirector del Centro de Estudios Hemisféricos y sobre Estados Unidos (Cesheu), de la Universidad de La Habana, sin dejar de reconocer lo positivo que sería un posible alivio en la política de enfrentamiento.
En su opinión, "a pesar de las recomendaciones de los mejores expertos en temas cubanos en el país del norte, que coinciden en la necesidad de avanzar en el desmontaje del bloqueo en mayor o menor grado, parece poca la disposición del nuevo Poder Ejecutivo de mejorar las relaciones bilaterales más allá de la liberación de los viajes de los cubanoamericanos a Cuba".
"Además, desdiciéndose de algunos enfoques originales de disposición a dialogar sin condiciones, manifestados por Obama antes de ser elegido, ahora se mantiene la postura de la condicionalidad, aunque el lenguaje parezca distinto", alertó Fernández, quien recordó que esa postura ha sido rechazada por el gobierno cubano.
El presidente de Cuba, Raúl Castro, ha reiterado su disposición al diálogo con el nuevo gobierno del Partido Demócrata que asumió el 20 de enero, pero siempre aclarando que "en absoluta igualdad de condiciones" y sin "gestos unilaterales" o, si es del caso, "gesto por gesto".
"Si nos atenemos a lo que ha planteado Obama y su secretaria de Estado, Hillary Rodham Clinton, más recientemente, como evidencia de la política, no cabe esperar mayores cambios", indicó el experto.› Leer más
Obama, ¿qué cambios esperamos? › La República
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