jueves, 28 de marzo de 2019

Ataques de pulso electromagnético: EE.UU. se defiende mientras ataca a Venezuela

Los sabotajes contra el sistema eléctrico pretenden apagar la resistencia del pueblo venezolano.

Por M. H. Lagarde

Una prueba de que los ataques de pulso electromagnético no son cosa de películas de ciencia ficción la acaba de ofrecer el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, al firmar este martes una orden ejecutiva para proteger la tecnología e infraestructura estadounidense de ataques de pulso electromagnético (PEM).


El decreto, titulado «Coordinación de la resiliencia nacional a los pulsos electromagnéticos», instruye a las agencias federales para identificar las amenazas planteadas por ataques militares de PEM, que destruyen total o parcialmente equipamientos eléctricos y electrónicos dentro de su radio de acción con emisiones de energía electromagnética de alta intensidad y radiación.


«El presidente Trump siempre hará lo necesario para mantener a los estadounidenses seguros», escribió la vocera de la Casa Blanca, Sarah Sanders, en un comunicado. También apuntó que esta medida es un ejemplo de «cómo el Gobierno mantiene la promesa de estar alerta ante los peligros actuales y las futuras amenazas».


Pero mientras el presidente Trump mantiene seguros a los estadounidenses de los PEM, otros no parecen tener la misma suerte. Tal es el caso de la cadena de sabotajes perpetrados contra el sistema eléctrico de Venezuela que, de acuerdo con denuncias del Gobierno, ha sido víctima de dichos ataques.


Según un reporte de Telesurtv, a propósito del sabotaje eléctrico del 7 de marzo, el Presidente de ese país afirmó que «el reciente ataque a Venezuela se trata de "tecnología de alto nivel que solo tiene el Gobierno de Estados Unidos (…) producen ataques electromagnéticos contra las líneas de transmisión" e interrumpen sucesivamente el proceso para reconectar las distintas estaciones».


Como ya se ha vuelto habitual en la guerra mediática y sicológica contra Venezuela, de nuevo, el victimario pasa por víctima. Como mismo Cuba es ahora el imperio del mal que ha invadido cientos de veces a países de Latinoamérica, y China y Rusia inventaron la doctrina Monroe y el destino manifiesto, los norteamericanos se protegen de la tecnología que implementan en Venezuela para rendir por penurias al pueblo y provocar una guerra civil que justifique su intervención «humanitaria».



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