Por M. H. Lagarde
La legisladora estadounidense Ileana Ros-Lehtinen, presidenta del comité de Relaciones Exteriores del Congreso, se reunió con John Caulfield, quien asumirá en septiembre como jefe de misión de la Sección de Intereses de Estados Unidos (USINT) en La Habana para leerle la cartilla de cual debe ser su actuación en la Isla.
“La promoción de los derechos humanos y de la democracia en Cuba debe ser un objetivo central de la misión de Estados Unidos en La Habana”, dijo en un comunicado Ros-Lehtinen, reputada por su apoyo y promoción de golpes de estado en América Latina.
“Urge que la USINT se comprometa activamente ante el pueblo cubano, incluyendo a la sociedad civil y a los grupos de disidentes, para ayudarlo a adoptar principios democráticos en la isla, como libertad de expresión, de prensa y de reunión”, dijo.
“Espero poder trabajar estrechamente con el señor Caulfield y que enfoque su acción en hacer avanzar los intereses de Estados Unidos en la isla, ayudando al pueblo cubano a encarar una transición hacia una democracia representativa”, señaló.
Esta es la segunda vez, en pocos, días que la representante de la mafia cubano americana de Miami interviene en asuntos relacionados con la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana.
Recientemente, la Loba Feroz como también se conoce a Ros Lethinen, criticó fuertemente a la institución diplomática por convocar a un concurso fotográfico sobre el verano en la Isla. Según Ros, esa iniciativa promovía el turismo hacía Cuba.
De igual forma, la conexión mafiosa de Miami a la que pertenece la actual presidenta del comité de Relaciones Exteriores, obstruyó la nominación como embajador en Nicaragua de Jonhatan Farrar el último diplomático estadounidense que dirigió la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana. Según los mafiosos de Miami, Farrar se había mostrado demasiado blando durante su misión al criticar, en un cable divulgado por Wikileaks, a los mismos mercenarios que Ileana Ros desea ahora que Caulfield apoye.
Otra prueba del golpe de estado de la cavernaria extrema derecha cubano americana al departamento que dirige Hillary Clinton fueron las presiones realizadas sobre una Comisión dirigida por el senador Jonh Kerry para que liberara los 20 millones de dólares con que la USAID financia a la llamada oposición en Cuba.
Los 20 millones fueron retenidos por acusaciones de corrupción que apuntaban a que el dinero destinado al apoyo logístico de los mercenarios, en vez de llegar a la Isla, desaparecía en los bolsillos de los mafiosos de Miami.
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