El joven había terminado de ver el documental, y, después de varias cervezas, sintió la necesidad de decirle a Obama que era un “p*** k”. El correo fue interceptado por el FBI que, tras analizar su peligrosidad, procedió a comunicarse con la Policía Metropolitana de Londres, que enviaron a unos agentes de visita a la casa del muchacho, en Bedford.
La policía tomó una fotografía del adolescente (sin duda para almacenarla en una base de datos de terroristas peligrosos) pero no ejerció ninguna acción penal. Eso sí, le dijeron que se olvidara de estudiar en Stanford alguna vez, ya que no podría poner pie en suelo americano en lo que le queda de vida.
El estudiante universitario se encuentra ahora en la lista de personas que tienen prohibida la visita a los Estados Unidos.› Leer Más
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