El pseudo pacifista Ramón Saúl Sánchez, con un historial violento, conocido por preparar atentados contra civiles indefensos. |
Por Edmundo García
Ramón Saúl Sánchez ha declarado esta tarde en Miami que pretende reeditar la provocación de llevar otra flotilla hasta los límites marítimos de Cuba; para de nuevo disparar masivamente fuegos artificiales inesperados por la población y establecer contacto con grupos y personas dentro de Cuba reconocidos por conspirar contra su país.
En una alocución hoy martes 16 de febrero en la estación radial La Poderosa (6.70 am) de Miami, Ramón Saúl Sánchez dio a conocer que para la flotilla necesita, de entrada, 9 mil 200 dólares para el alquiler de un barco de 40 pies de eslora, y otros 3 mil 800 dólares para fulminantes; por lo que convocó a un almuerzo el día 11 de marzo.
Lo que no dijo fue si ahora obtuvo permiso del Departamento de Estado, igual que para la flotilla del 9 de diciembre del pasado año. Ese día Ramón Saúl Sánchez y otras treinta personas (incluyendo periodistas de Radio Martí y medios de Miami) abordaron la embarcación Sea King rumbo a Cuba.
El problema es que esta vez la presencia frente a La Habana de la flotilla no se da en las mismas condiciones. En este caso la provocación de Sánchez tendrá lugar los días 27 y 28 de marzo, mientras se produce la visita del Papa Benedicto XVI. Se trata de la presencia en la isla de un Jefe de Estado que es además la primera autoridad de la religión católica. Visitantes de alto nivel y la dirección del país acompañarán al Santo Padre en sus compromisos, por lo que es lógico que la Seguridad Personal y las Fuerzas Armadas de Cuba se encuentren en un máximo estado de alerta. Lo que quiere Ramón Saúl Sánchez es provocar un incidente y hay que reconocer que en esta ocasión las probabilidades podrían aumentar. Hasta hoy no se ha producido un hecho lamentable porque los guarda fronteras cubanos no han caído en el juego de Ramón Saúl Sánchez. Pero en este caso, repito, existe una situación muy especial.
¿Qué pasaría si la situación se invierte? Yo me pregunto qué sucedería si desde Cuba saliera una flotilla como esta hacia Estados Unidos, con permiso del MINREX, y se pusiera a disparar fuegos artificiales frente a las tranquilas costas de Cayo Hueso; mientras algunos enemigos de EEUU celebran la invasión. ¿Estaría tranquila Hillary Clinton si una funcionaria cubana le dijera que no se preocupara, que allá revisarán bien los barcos? ¿Se quedaría tranquilo el Presidente Obama?
Pero además, resulta que en este caso la flotilla tampoco es necesaria. Los cubanoamericanos que quieran viajar a Cuba durante la visita del Papa, incluyendo los que piensan embarcarse con Ramón Saúl Sánchez, pueden hacerlo normal y legalmente, ateniéndose a las nuevas regulaciones precisamente aprobadas por la administración Obama. No tienen más que sumarse a los cientos de sus compatriotas que viajarán para la ocasión, junto a otros norteamericanos, entre los que destaca el Arzobispo de Miami Thomas Wenski.
No es necesario provocar ni dejarse manipular por un pseudo pacifista como Ramón Saúl Sánchez, con un historial violento, conocido por preparar atentados contra civiles indefensos. El Departamento de Estado debería tener en cuenta lo poco que se gana, y lo mucho que podría perderse, con un acto tan irresponsable como el que se piensa realizar contra Cuba.
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