El turco Sultán Kosen, nombrado en la más reciente edición de los récord Guiness como el hombre más alto del mundo, con sus 2,47 metros de estatura, vivió los primeros tropiezos de su tamaño en Cuba cuando debió encorvarse varias veces para acceder al emblemático Hotel Nacional y sus diversos espacios.
Sultán arribó este viernes a nuestro país por la Terminal Tres del Aeropuerto Internacional José Martí, acompañado de jóvenes entusiastas de una organización de solidaridad con Cuba.
Con tan solo 28 años, posee además las manos y los pies más grandes del mundo, con 27,5 cm y 36,5 cm, respectivamente, condiciones físicas que le dificultan realizar acciones tan simples como entrar en un auto, correr; o hallar vestuario o un lugar donde dormir a pierna suelta.
Al filo de las siete de la noche JR fue testigo de su llegada a la instalación turística habanera, donde debieron juntar dos camas al hilo para facilitarle dormir cómodo.
El holandés Bobby Ristov, hombre de buenas intenciones y acciones solidarias a través de la recién creada Fundación Cuba Amore, es el gestor de su visita y estancia en la Isla.
Kosen creció hasta los diez años como un niño normal y es conocido hoy en el mundo entero debido a un tumor en la glándula pituitaria que incidió en su crecimiento acelerado, hasta que fue extirpado un año atrás.
El «hombre récord», a quien debe resultarle más fácil cambiar los bombillos y descolgar las cortinas, como bromeó en una ocasión, permanecerá en la Isla poco menos de una semana. Conocerá más de su realidad, su gente y su música, y seguramente dejará huellas… grandes huellas en esta tierra.
› Tomado de Juventud Rebelde
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