Washington, 21 sep (dpa) - La oficina federal de investigación estadounidense, el FBI, espió sin motivo a varios grupos de activistas, entre ellos Greenpeace, por sospechas de terrorismo tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.
Objetivo de las acciones de espionaje realizadas entre 2001 y 2006 fueron por ejemplo la organización medioambiental Greenpeace o el grupo defensor de los derechos de los animales PETA, según una información del Departamento de Justicia.
Los miembros de Greenpeace fueron incluso puestos en una lista negra de sospechosos de terrorismo. La noticia fue recibida con duras críticas por parte de los defensores de derechos civiles estadounidense.
El documento califica las prácticas del FBI de "preocupantes". El que fuera jefe del departamento de seguridad nacional del Departamento de Justicia, Ken Wainstein, dijo sin embargo al diario "The Washington Post", que las investigaciones fueron parte de los esfuerzos de reestructuración del FBI de convertirse tras los atentados en "una organización de servicios secretos totalmente funcional".
También un grupo pacifista católico fue espiado por el FBI. El informe deja sin embargo claro que nunca hubo investigaciones formales contra los grupos, porque las organizaciones hacían uso de su derecho a la libertad de expresión y reunión amparado por la constitución.
La organización de derechos civiles estadounidense ACLU exigió una investigación más dura sobre las actividades del FBI. Si no, "todos estamos en peligro de ser espiados y acabar en una lista de sospechosos terroristas sólo por haber participado en una manifestación o haber sostenido una pancarta", opina el asesor de ACLU y ex agente del FBI Michael German.
"En lo que respecta al abuso de competencias de vigilancia, el FBI tiene un largo historial que va hasta una campaña del gobierno estadounidense contra Martin Luther King", defensor de los derechos civiles de los negros.
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