Si te la comes, va venir el COCO

Por Hatuey

Por estos días los sicólogos de todas las latitudes se encuentran participando en un profundo debate profesional. Freudianos y no freudianos, dedican extensas horas a alimentar una agria discusión que, por momentos, parece perder el curso del razonamiento académico. Lo paradójico de la controversia es que ha sido un sicólogo, quien al deponer una conducta suicida, ha servido de detonante.

Se sabe que en las consultas de todo el mundo, las listas de asiduos visitantes e importantes contribuyentes económicos, suelen enmarcarse en dos categorías relevantes: esposos y esposas al borde de una transición hacia la soltería y padres y madres al borde de un ataque de locura, ante su supina incompetencia de enrumbar la educación de niños, que se parecen más a las nuevas tecnologías que a sus propios padres. El motivo de la discusión de corte académico y sobre el cual no se ha logrado un consenso, sobre si será necesario convocar a un Congreso Internacional, está referido, a la legitimidad o no, de una de frase utilizada frecuentemente por los padres a la hora de alimentar a sus pequeñines y que constituía una importante una herramienta de persuasión sicológica: ¡SI NO TE COMES LA COMIDA VA A VENIR EL COCO Y TE VA A LLEVAR!
Un numeroso segmento de los profesionales recomiendan la prescripción del uso de este mecanismo de coacción, no porque se haya corroborado que durante años los niños han botado la comida en las macetas o, en el mejor de los casos, se la ofrecen a la mascota del hogar y el temible Coco nunca ha aparecido. Esa fábula solo forma parte de las fantasías de un niño. El gran problema estriba en que una nueva realidad pudiera incidir en cambiar la construcción semántica de la legendaria frase.
Como se ha hecho público, el “sicólogo” Guillermo Coco Fariñas decidió suspender su huelga de hambre, ESTÁ COMIENDO, por tanto, para algunos de los más ortodoxos de sus colegas ya no es adecuado afirmar que: ¡SI NO TE COMES LA COMIDA, VA A VENIR EL COCO!