El derecho de la gente a la información veraz.
(UNESCO: Primero de los diez principios internacionales aprobados bajo sus auspicios en 1983)
Periodismo es una profesión asediada por factores interesados en deformarla y lógicamente ello obedece a todo lo que es del interés del poder económico e imperial. Este se vería afectado si realmente se escribe la verdad y se tiene conciencia por parte de los pueblos de cuál es el origen de sus problemas y así no serían dominados, como ha ocurrido de manera sistemática.
A todo esto hay que decir que ha habido una batalla en el seno de los periodistas de fila desde que ocurrió aquella refundación de la SIP en 1950, que se hizo excluyendo a aquellos pocos que tenían un carácter progresista, los abandonaron la SIP al año siguiente en Montevideo y denunciaron a esa institución como no representativa del periodismo y de los periodistas, sino sencillamente de los grandes empresarios. Así fue como se hizo el llamamiento de Montevideo, en 1951, en esa dirección.
A todo esto hay que decir que ha habido una batalla en el seno de los periodistas de fila desde que ocurrió aquella refundación de la SIP en 1950, que se hizo excluyendo a aquellos pocos que tenían un carácter progresista, los abandonaron la SIP al año siguiente en Montevideo y denunciaron a esa institución como no representativa del periodismo y de los periodistas, sino sencillamente de los grandes empresarios. Así fue como se hizo el llamamiento de Montevideo, en 1951, en esa dirección.
Pasaron veinticinco años para que aquellos que proclamaban la necesidad de organizarse por parte de los periodistas y de sus organizaciones se realizara en México en 1976, cuando se fundó la Federación Latinoamericana de Periodistas (FELAP), que es la que en definitiva ha llevado la voz cantante de la posición de antitesis de este dominio que ha estado ocurriendo, de modo general en la situación concreta de los países de nuestra América.
En ese sentido es bueno señalar que en el caso específico de Cuba se dio el fenómeno de que se generaron y realizaron las primeras rebeliones generales de los integrantes de las redacciones de esos llamados grandes medios cuando inmediatamente, casi después del mes de enero de 1959, se fue generando todo un actuar de los grandes medios que inicialmente habían saludado la Revolución y cambiaron en la medida que se fueron dictando las leyes revolucionarias, las que ocurrieron muy temprano en el proceso revolucionario cubano.
Con motivo de lo que fueron los juicios a aquellos criminales de guerra que se pudieron capturar, porque la mayor parte se escapó y sobre todo al propio Estados Unidos, se hicieron grandes campañas por las agencias norteamericanas que los medios locales cubanos reproducían en forma destacada, como si en definitiva fuera algo que decían otros, pero no opinaban, no combatían aquello y lo que hacían era ser reproductores de esas campañas de difamación de las agencias estadounidenses. Y es así como en el Colegio provincial de periodistas de Cuba se crea todo un movimiento dirigido a lo que fue hacer una aclaración en esas informaciones deformadoras y mentirosas, planteando que esa no era la opinión de los periodistas y los trabajadores de esos medios. Y así surgió lo que fue conocido como la “coletilla” o sea que al final de esas informaciones se ponía una nota diciendo, en nombre de la libertad de prensa, que los periodistas de ese órgano y los demás trabajadores tenían el criterio de que esas eran informaciones mentirosas, deformadoras de los hechos. Esto fue importantísimo en aquel momento, porque los medios que estaban afiliados a la SIP, sus dueños, se fueron del país y abandonaron sus órganos de prensa. Y entonces el gobierno se vio obligado a la intervención; algunos fueron reivindicados por sus trabajadores y editados con un carácter revolucionario. Otros aportaron sus maquinarias a la naciente imprenta nacional que, como todo un símbolo, publicó una edición gigantesca del Quijote de la Mancha.
Es bueno saber que, en aquella época guiados por la SIP y el imperialismo, esos señores seguramente pensaban que era cuestión de unos meses y que regresarían detrás de las tropas invasoras norteamericanas, de los marines y, lógicamente, fueron proclamados campeones de la libertad de prensa hasta que ya no tuvieron nada más que decir y finalmente esas instalaciones sirvieron a los intereses de la prensa revolucionaria y a fortalecer la base de lo que serían las editoriales. Esto no ocurrió más, ni en los tiempos de Velazco Alvarado en Perú, ni en Chile con Allende, ni después en Nicaragua con la revolución sandinista, ni con el gobierno bolivariano en Venezuela o con el gobierno de Bolivia o en Ecuador, o de otros donde se da el fenómeno de que aquellos medios fueron opuestos y se hicieron campañas muy fuertes contra estos candidatos de izquierda, con un contenido más popular, y fracasaron, pero la orientación que tenían y tienen del imperialismo, de la SIP, que es su instrumento principal, es no irse, quedarse y hacer daño desde adentro. Así vemos como hoy se da ese fenómeno de manera generalizada.
Es decir, si en Cuba ocurrió de que ninguno de los grandes empresarios se quedó, posteriormente, hasta nuestros días, ninguno de esos empresarios se ha ido, y eso es lo que estamos viviendo y esa es una muestra más que contundente del carácter organizado de la mentira por parte de la estrategia imperialista que lamentablemente todavía no encuentra una estrategia antiimperialista consecuente y es por ello que la verdad se encuentre dispersa, pero en combate permanente, sobre todo con lo que se ha denominado la prensa alternativa que se caracteriza no porque sea grande o pequeña sino por el carácter alterativo de sus mensajes, en el sentido del cambio positivo en la sociedad. Puede ser un medio alternativo, un periódico barrial, una emisora comunitaria, y también, el programa ¡Alo Presidente! y Telesur. La idea de lo alternativo parte de lo alterativo que es lo que en definitiva está hoy siguiendo el camino de lo que fue aquel movimiento en la década del 70 del siglo pasado con la lucha por el Nuevo Orden Internacional de la Información y la Comunicación. Como muestra de lo que ocurre en nuestros día, en el año 2008 se hizo un Encuentro Latinoamericano en Caracas Contra el Terror Mediático, donde por primera vez, además de la reunión de la SIP que tenía lugar se dio una reunión paralela de periodistas de fila pensantes, que fueron denunciando todo lo que representaba la SIP y este grupo pequeño de periodistas, en sus ponencias, y en sus intervenciones en los medios de ese país, a los que invitaban a los representantes de la SIP y ninguno asistía, fueron demostrando toda la falsedad de esa institución.
Y es la primera vez que un gobierno de América Latina se atreve a hacer esto, salvo la experiencia concreta que hubo en Cuba, que he relatado. Es más, ya se ha llegado a un punto en que Martín Almada, el descubridor de los archivos de la Operación Cóndor, plantea que la Operación Cóndor sigue de otra manera mediante una nueva versión donde intervienen algunos ejércitos de países de América de Sur. Entre ellos se sigue intercambiando información sobre los tipos más subversivos que ellos consideran y en este sentido, tienen a los “piqueteros, a los sin tierra, a los sin techo y a los periodistas de investigación”; es decir, los periodistas de investigación están al mismo nivel subversivo que estos otros, a partir de que lógicamente, en medio de tanta corrupción y de tanta explotación, cualquier trabajo de investigación se convierte en una acusación concreta contra factores muy poderosos. A esto se agrega el problema del narcotráfico de nuestro tiempo, y que en definitiva conocemos como una forma superior de violencia que se desarrolla en algunos países, como México. Ya se trata de bandas, con armas más modernas, de fabricación norteamericana, que las fuerzas armadas de ese país y donde cada día mueren decenas de esos delincuentes y de militares y policías.
México, por ejemplo ocupa el primer lugar en periodistas asesinados, que antes lo tenía Colombia. Podemos decir que este trabajo conocido como periodismo en su manifestación de profesión, de profesión que no es reconocida de una u otra forma por esos grandes medios, tiene sobre todo, una presencia tremenda y creciente debido a que en un período de apenas tres décadas, que es el tiempo contado desde la fundación de la FELAP hayan sido asesinados alrededor de mil periodistas en los países de América Latina por hacer un periodismo decente, digno, ético, de acuerdo con los principios que tiene y debe tener siempre esta profesión.
Es la profesión más peligrosa, de más riesgo, la que trata de ser más controlada pero de una u otra forma los periodistas se rebelan y luchan para que los pueblos tengan una información veraz. Esto le da el carácter de intelectual de nuevo tipo al periodista. Debido a que su pensar se acompaña con la acción comprometida a favor de las causas populares.
El periodismo es parte de la cultura, con valores propios; no es pariente pobre de ninguna literatura y ha estado presente, siempre en sus mejores expresiones en la lucha por la primera independencia de América Latina, y también, en el combate por la segunda independencia. O sea que, aquel pensamiento, de Bolívar en cuanto a que la “libertad es ilegítima, si no se dirige a honrar a la humanidad y perfeccionar su suerte”, está presente cada día, en cuanto a como se pretende presentar una libertad que no es más que libertinaje, que no es más que negación de sus valores más profundos de una u otra forma.
Ante ello está presente ese pensamiento en Martí en otro sentido, en Fidel. Cuando en el caso de Bolívar calificaba a la prensa que combatía a favor de la independencia, como la artillería del pensamiento. Martí después funda el periódico Patria y entre tantos pensamientos al respecto, dice uno muy breve “No hay monarca como un periodista honrado”. Y el compañero Fidel en un pleno de la UPEC de hace algunos años, dijo que el profesional de la prensa debe tener las condiciones, la preparación de un estadista.
Considero que este es uno de los señalamientos más contundentes que se han hecho sobre la profesión periodística y demuestran en qué sentido todo lo que corresponde a la formación profesional de un periodista, es tan exigente y de una u otra forma, tiene que estar contemplada en su manera de proyectarse, en sentido académico, en sentido formativo.
Si no se tienen en cuenta todos estos factores no creo que se pueda existir una verdadera valoración y aplicación de una formación correspondiente con las necesidades del periodismo en las condiciones de los países de Nuestra América.
Por tanto, esa correspondencia, de una u otra forma, debe ser un principio de análisis crítico y sobre todo defender la idea de que el estudio de periodismo tenga una exigencia tan elevada como la de todo lo que en definitiva hemos dicho del fundador de Correo del Orinoco, de Patria, El Acusador, como es el caso contemporáneo de Fidel en la clandestinidad y ha demostrado en la fundación de tantos medios y que además es uno de los periodistas que más ha escrito en la etapa de su inicio en la lucha política–revolucionaria en la década del 50 del siglo pasado y en nuestros días con sus contundentes Reflexiones, que no son otra cosa que el periodismo de investigación.
Periodismo de investigación que en el caso concreto de la sociedad socialista, se convierte en una exigencia y el propio Comandante en Jefe da una muestra elocuente de cómo se puede llevar el periodismo a los niveles de excelencia que son requeridos, debido a que hay que combatir el concepto equivocado de que la verdad se abre paso sola.
La verdad es una categoría científica, la verdad hay que buscarla, la verdad no se puede quedar sólo en una opinión subjetiva, sino hay que apoyarla con elementos suficientes, con pruebas concretas de su existencia. Vivimos ya un momento en el que no hace falta siquiera hablar de este tema desde el punto de vista de clase, ideológico, sino que bastarían los 10 principios éticos internacionales del periodismo aprobados en el marco de la UNESCO, en 1983, para demostrar cada día, la falsedad, de lo que se hace por esos medios, violando su deber de respetar el derecho a la información veraz, no sólo en el orden individual, sino en el orden de carácter social, en el orden colectivo, en el orden del pueblo.
Esos diez principios están presididos por el primero que plantea el derecho de los pueblos a recibir una información veraz. Y esto ha sido considerado por la SIP y los grandes empresarios, como una manera de atentar contra la libertad de prensa.
Muchas más cosas pueden decirse, pero sin estos elementos señalados, que son más que comprobados, que tienen una historia y unos hechos precisos, contundentes, es muy difícil que podamos tener una idea clara de la dimensión de la tremenda responsabilidad social de esta profesión y de la necesidad de que cada día se haga una conciencia más profunda de ello, tanto en el trabajo cotidiano, como en la investigación, como en la formación, como en todo lo que tenga que ver con su labor en la sociedad.
Es necesario pasar a hacer un resumen histórico para comprender mejor esa realidad actual en la esfera periodística.
En la Primera Guerra Mundial Gran Bretaña necesitaba que Estados Unidos, donde había un rechazo a participar en ese conflicto, cambiara de opinión. Era una actitud generalizada en ese pueblo y había que intentar una propaganda que influyera en la intelectualidad estadounidense para lograr que esta actuara de acuerdo con sus intereses bélicos. Fue esa la razón fundamental en la fundación del Ministerio de Información inglés de 1914, con el criterio de que del mismo modo que se moldean los ejércitos se puede moldear a la población. Y tuvieron éxito, porque efectivamente en Estados Unidos los factores pensantes fueron convenciéndose de ello y organizaron con un interés muy marcado una campaña que llevó a la creación de un Comité de Información Pública que ya para 1916 se fundó, conocido también como la Comisión Creel, que era el apellido de quien la presidía, y de esa manera se organizó un plan que parece irreal, a partir de que se reclutaron 75 mil oradores que habrían de ofrecer 10 discursos cada uno de cuatro minutos o sea 750 mil intervenciones en alrededor de 5 mil ciudades norteamericanas para que el pueblo de ese país, estuvieran a favor de la guerra, lo que lograron. Y lo consiguieron a partir del interés que tenía el propio sistema de poder norteamericano y el candidato a la presidencia, Wilson, que tenía el slogan de paz sin victoria acorde con lo que sentía el pueblo de Estados Unidos; lógicamente, después que fue electo, como ocurre muy comúnmente, creó todo ese mecanismo que permitió que para 1917, Estados Unidos le declarara la guerra a Alemania y de esa manera se consiguió, por parte de Inglaterra, evitar una posible derrota.
De ahí se desprende, que surgiera en Estados Unidos lo que se denomina la industria de relaciones públicas. Un personaje de origen austriaco, Edward Dernays, fue el que en definitiva llevó adelante esto, a partir de que, el libro que escribió titulado Propaganda, en 1925, es lo que ha orientado después a ese país en tal dirección. Quiere decir que la idea de la reiteración de la mentira con propósito de convertirla en una falsa verdad, que le atribuyen al nazismo, a Goebels, a Hitler, no es cierta, no es que carezcan de sus aportes en este sentido, muy importantes por supuesto, sino que tanto Hitler como su sistema fueron buenos discípulos de las enseñanzas del imperialismo inglés.
Es más, en el libro “Mi Lucha “de Hitler, él plantea que la primera guerra mundial se había perdido por parte de Alemania debido a su derrota en la guerra de la propaganda y que en la próxima no ocurriría así.
Esto es importante porque nos da una idea del origen más cercano, desde el punto de vista histórico, de lo que hoy llamamos terror mediático, de lo que hoy ya se ha convertido en una manera de pretender por parte de los Estados Capitalistas desarrollados, del imperialismo norteamericano, reclamar y casi obtener la impunidad para mentir, para engañar.
Y es bueno que esto esté muy presente en todo lo que de una u otra forma se relaciona con el periodismo, especialmente los profesionales de esta labor. Debido a que este es el único profesional que tiene la prohibición de ejercer su tarea con ética profesional, o sea, cuando el periodista es contratado deja de opinar, deja de ser y tiene que adoptar la opinión basada en los intereses de los grandes empresarios, sobre todo, los que imponen esa prohibición en la llamada gran prensa, tanto la transnacional como la local.
El periodismo como profesión es muy joven realmente, o sea, el profesional de la prensa tuvo su primera escuela a principios del siglo XX, y apenas tiene alrededor de un siglo, por lo tanto es algo que está en pleno desarrollo y debe lograr de manera creciente la posibilidad de alcanzar peldaños superiores, siempre y cuando ese periodismo se pueda hacer en libertad y no hay otra posibilidad que hacerlo en una nación verdaderamente libre. Si no hay Patria libre, no puede haber un periodismo libre de manera general, como es visto cotidianamente en el orden internacional y nacional en la mayor parte del mundo.
Eso tiene como fundamento que no hay en el caso concreto de la labor del profesional de la prensa la posibilidad de actuar a favor de las causas populares, siempre que esto contradiga los intereses empresariales, lo que ocurre de manera casi absoluta, cuando se trata de estos medios. La otra opción es la de no tener empleo, no tener que comer, esa es la opción, o sea, dejar de comer o dejar de ser. En eso se convierte esta profesión, especialmente en América Latina. Si no partimos de esa base, si no tenemos conciencia de que eso ocurre en una forma que podríamos denominar de chantaje social por parte de esos medios, no habría manera de entender lo ocurrido y lo que debe pasar en el futuro en está dirección y cómo en nuestros días se plantea que los medios se han ido convirtiendo en factores que sustituyen incluso a los partidos políticos y que de una u otra forma están organizados internacionalmente, para defender esos intereses. En el caso de América Latina es más visible este fenómeno debido a que ha sido desde la Primera Conferencia Panamericana de 1889 a la que asistió José Martí y calificó como que a partir de ese momento, los países de la región que se habían independizado del colonialismo español, tendrían que luchar y conquistar su segunda independencia; en la Quinta Conferencia Panamericana, celebrada en Santiago de Chile, en 1923, se decidió que había que convocar una conferencia sobre la prensa; siempre pensaron en prensa y nunca periodismo o periodista y así actuaron. Tres años después, en Washington, hicieron la primera de estas conferencias, donde invitaron y participaron solamente los grandes empresarios, marginando la presencia de los periodistas profesionales. Siguieron dándose estas reuniones el los países de América Latina, hasta que en 1943 se fundó la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), en La Habana, que inicialmente en esa situación de guerra mundial, de frente antifascista, de alianza entre Estados Unidos y la Unión Soviética, permitió que el acuerdo de la fundación de estos órganos de prensa, no de periodistas, no de organizaciones sino de órganos de prensa, también se invitara a algunos medios progresistas de izquierda que existían en los países de América Latina.
En el caso de Cuba, fue miembro de la SIP inicialmente, en su fundación, el diario “Noticias de HOY” que habían creado en 1938 los miembros del primer partido marxista cubano. Y esto entre el 43 y el 50, con motivo de lo que ocurre durante ese período, o sea, el fin de la Segunda Guerra Mundial, el comienzo de la guerra fría, la tendencia macartista en Estados Unidos, la fundación de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), en 1947, hacen que los que en aquel momento tenían a su cargo el control o la representación de Estados Unidos, donde habían dos altos oficiales de la CIA, un tal Joshua Powers y Jules Dumois, así como el que representaba al Departamento de Estado, fingiendo su condición de periodista, Tom Wallace, dirigieron una maniobra perversa. Ella consistió en que esos delegados estadounidenses propusieron realizar en New York la conferencia de 1950 y de esa forma logran la oportunidad de la refundación de la SIP, debido a que impidieron la presencia de los pocos medios progresistas que tenían en sus filas. No les dieron las visas o no los invitaron.
En el caso concreto del que representaba al órgano cubano y a la vez era tesorero de la SIP y representaba al país sede, Cuba en aquel momento, Carlos Rafael Rodríguez, fue impedido de participar y desde que llegó al aeropuerto de esa ciudad lo llevaron a la prisión migratoria que tienen en Ellis Island y no lo dejaron entrar en el país y mucho menos participar. La maniobra la realizaron mediante el cambio de Estatutos que ahora daban un voto a cada órgano y no a cada país, como se había aprobado en la conferencia fundadora. Así Estados Unidos pasó de tener un voto a tener 424 lo que les dio el control de la SIP hasta nuestros días.
Esta es una muestra elocuente de cómo fue el golpe CIA–SIP.
Desde entonces hace casi 60 años la SIP se arrogó la función de determinar donde hay o no libertad de prensa, y por supuesto esta libertad de prensa solamente está prohibida donde existen movimientos populares, revolucionarios. Y cuando hay dictaduras militares como ha ocurrido durante tantos años en los países de América Latina, lógicamente no pasa cuando más de una pequeña crítica, orientado a mejorar eso que en definitiva es única libertad de prensa reconocida por parte de la SIP. Todo esto tiene que ver, tanto lo internacional como lo regional, en lo que ha sido una imposición, ha sido una manera de influencia, de engaño, de mentira que el imperialismo supo mucho tiempo atrás que necesitaba para poder seguir controlando a una gran parte de los países, en especial el propio Estados Unidos, y es por ello que la realidad ulterior se ha manifestado de esa manera.Es así como, al terminar la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos, en una ONU que controlaba en ese momento, cuando todavía el movimiento independentista, como consecuencia de la segunda guerra no se había manifestado, impone una declaración de libre mercado y libre flujo informativo; porque Estados Unidos necesitaba libre mercado para y así poder dominar los mercados latinoamericanos con su superproducción, con todo su desarrollo y ese libre flujo fue la manera de actuar unilateralmente, en una desventaja absoluta que tienían los países subdesarrollados, y le sirviera para el engaño, así como mantener controlada las relaciones con estos países. Después, ya como resultado de lo que fue el movimiento independentista que hubo en Asía y África, en muchas partes del mundo, en el seno de la UNESCO se genera toda una tendencia favorable a estos países emergentes y es posible ya con la creación del Movimiento de Países No Alineados, en 1973, en que se plantea por primera vez, la necesidad de encontrar, buscar, crear, un Nuevo Orden Internacional de la Información y la Comunicación y un Nuevo Orden Económico Internacional.
Desde entonces hace casi 60 años la SIP se arrogó la función de determinar donde hay o no libertad de prensa, y por supuesto esta libertad de prensa solamente está prohibida donde existen movimientos populares, revolucionarios. Y cuando hay dictaduras militares como ha ocurrido durante tantos años en los países de América Latina, lógicamente no pasa cuando más de una pequeña crítica, orientado a mejorar eso que en definitiva es única libertad de prensa reconocida por parte de la SIP. Todo esto tiene que ver, tanto lo internacional como lo regional, en lo que ha sido una imposición, ha sido una manera de influencia, de engaño, de mentira que el imperialismo supo mucho tiempo atrás que necesitaba para poder seguir controlando a una gran parte de los países, en especial el propio Estados Unidos, y es por ello que la realidad ulterior se ha manifestado de esa manera.Es así como, al terminar la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos, en una ONU que controlaba en ese momento, cuando todavía el movimiento independentista, como consecuencia de la segunda guerra no se había manifestado, impone una declaración de libre mercado y libre flujo informativo; porque Estados Unidos necesitaba libre mercado para y así poder dominar los mercados latinoamericanos con su superproducción, con todo su desarrollo y ese libre flujo fue la manera de actuar unilateralmente, en una desventaja absoluta que tienían los países subdesarrollados, y le sirviera para el engaño, así como mantener controlada las relaciones con estos países. Después, ya como resultado de lo que fue el movimiento independentista que hubo en Asía y África, en muchas partes del mundo, en el seno de la UNESCO se genera toda una tendencia favorable a estos países emergentes y es posible ya con la creación del Movimiento de Países No Alineados, en 1973, en que se plantea por primera vez, la necesidad de encontrar, buscar, crear, un Nuevo Orden Internacional de la Información y la Comunicación y un Nuevo Orden Económico Internacional.
Esta es la razón por la que en 1974, ambos principios, ambos derechos se aprobaran en el seno de la Asamblea General de las Naciones Unidas; por supuesto, el carácter no vinculante de ese órgano, que caracteriza a su antidemocracia fundadora ha impedido su implantación. No se ha cumplido en ningún sentido y ya cuando este fenómeno se convierte en un asunto de primer orden en el seno de la UNESCO y se crea la Comisión McBride y esta investiga y acuerda una serie de principios, Estados Unidos, Inglaterra, Japón y otros países, abandonan la UNESCO, así como varios amenazan con hacerlo también, debido a que sobre este tema no tienen interés en el debate. Este es un concepto que únicamente vale, cuando se trata de que lo implantan los imperialistas y los grandes empresarios y todo lo demás en una u otra forma son atentados a la libertad de prensa. Lo que trae como consecuencia que no pueda haber un nuevo periodismo que carezca del contenido antiimperialista indispensable. Cualquier otra tendencia a denominar nuevo periodismo que no tenga este contenido, es una manera de mantener también o contribuir a mantener engañada a la gente y a los propios periodistas que a veces, sin meditar más profundamente, también comparten esta influencia, hasta que encuentran una respuesta más convincente a todos los problemas que se derivan de ello.De que manera, este fenómeno se puede plantear, más allá inclusive de lo que podríamos denominar ideología. Bastaría, desde el punto de vista ético, de la ética que nació en la propia escuela de Missouri, en 1905, como primera expresión en este sentido, de la primera universidad que expide diploma en licenciado en periodismo, con lo que fue el pensamiento de su fundador Walter Williams, que creó lo que se llamó el Credo Williams. Él era un hombre religioso, que tenía como base el temor a Dios y también defendía el respeto al hombre. Es decir, el respeto al hombre integralmente, a su inteligencia y planteaba que ningún periodista profesional podría escribir algo de lo que no estuviese convencido que decía la verdad. Es decir, tener la convicción de que está diciendo la verdad es una máxima que parte de ese propio momento que se hace en un país que ya era imperialista, en un país que en definitiva no compartía ni podía compartir los principios de un periodismo verdaderamente revolucionario. Todo lo relatado bastaría para que hoy esa actitud perversa se viera ante un juicio moral popular, que demostrara lo que en definitiva son esos medios. Ahora, ¿por qué ese juicio popular? Porque de existir el principio fundamental de respeto al derecho colectivo, de la sociedad, a recibir y participar de información veraz los medios tendrán que responder por ello. Este es el asunto clave que es negado, que es distorsionado, y que incluso se considera por estos grandes empresarios como un atentado a la libertad de prensa.
Tener plena conciencia de los desafíos del ejercicio de la profesión periodística y de su papel en la futura sociedad de la información y el conocimiento, debe conducir a perfeccionar su formación profesional y contribuir a ampliar la actitud crítica de la sociedad, sus funciones y los impedimentos para el ejercicio digno, ético, de una profesión que debe luchar siempre por rescatar toda su nobleza, su identificación absoluta con toda causa justa donde quiere que exista, nacional o internacionalmente.
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